Economía

La reforma financiera de De Guindos lastrará aún más el crédito a particulares y empresas

Las nuevas medidas para la banca han despertado ciertas dudas en Moncloa, donde se empiezan a cuestionar si el ministro de Economía está acertando con las soluciones. 

La nueva reforma financiera de Luis de Guindos dificultará aún más la concesión de créditos en la economía española, según fuentes del sector consultadas por Vozpópuli.

En primer lugar, porque eleva el dinero que los bancos tienen que emplear para sanear activos en unos 30.000 millones sobre los 54.000 ya exigidos en la reforma anterior. Esto por supuesto exige más capital y por lo tanto detraerá recursos de la financiación para familias y empresas.

Segundo y más importante, porque no discrimina entre las entidades buenas y las malas y, por consiguiente, no despeja la incertidumbre que pesa sobre todo el sistema y que impide que acuda dinero del exterior, tal y como constata el hecho de que hayan salido 128.000 millones de nuestro país desde julio del año pasado. La pregunta ahora es si se lo tragarán los inversores internacionales y el Financial Times. Sin embargo, ¿van a creernos después de tantas reformas vendidas como definitivas?

Tercero, porque las instituciones que no puedan afrontar los nuevos requisitos tendrán que abonar un 10 por ciento por el dinero público que reciban prestado en la forma de bonos convertibles en acciones. Y esa rentabilidad en medio de una recesión resulta casi onerosa, sobre todo para unas entidades que no cuentan con la capacidad de devolverlo. De modo que seguirán siendo bancos zombies que, por supuesto, no darán crédito y se irán nacionalizando a plazos.    

Cuarto, a la banca le seguirá interesando achicar su balance. O dicho de otro modo: si ahora le exigen al banco más provisiones por un tipo de préstamo, entonces éste reducirá su exposición a ese crédito y, en consecuencia, habrá menos financiación.

Y quinto, dada la situación de pánico en los mercados, toda la liquidez que un banco pueda acumular la empleará bien para hacer frente a sus vencimientos de deuda, bien para adquirir deuda pública, un activo con gran rentabilidad, considerado más seguro y que además la entidad puede llevar al BCE siempre que lo necesite para cambiarlo por liquidez.

Dudas en Moncloa

Estos mismos razonamientos han despertado las dudas en algunos sectores del entorno de Moncloa. Ésta es ya la segunda reforma financiera de Guindos en cuestión de meses y algunos se cuestionan si el ministro está acertando. De hecho, consideran que estas medidas se parecen demasiado a las aplicadas por el PSOE y que, una vez más, éste no será el último paso en el proceso de limpieza de la banca española. El propio Mariano Rajoy y otros ministros han solicitado ya algunas opiniones externas.

Para Guindos y su círculo, el problema no es el crédito cuando hay una economía sobreendeudada, la demanda de préstamos es baja y muchas veces éstos se piden para la tesorería de una empresa casi en quiebra. No obstante, otros en el Gobierno empiezan a pensar que se está dando demasiado tiempo y no se ataja la cuestión esencial de separar las entidades sanas de las podridas para que las buenas puedan operar con normalidad, reciban capitales del exterior, dejen de refinanciar proyectos ruinosos y puedan destinar esos recursos a iniciativas viables. Argumentan que se está desinflando esta burbuja como se hizo con la japonesa: poco a poco y a costa del estancamiento de la economía. El debate está servido y es posible que haya movimientos conforme se vea que la reforma no funciona.

La nota positiva, según los expertos, consiste en que se ha dado un nuevo paso para facilitar que los bancos vendan sus pisos. Por un lado, el saneamiento fuerza aún más los precios a la baja. Por otro, la exacción fiscal al 50 por ciento de las rentas obtenidas por la venta de un inmueble puede incentivar la inversión.

Y otro punto de controversia radica en las sociedades inmobiliarias y cómo se van a articular. Bankia lo precipitó todo y el Ministerio de Economía ha contado con muy escaso plazo para redactar el decreto. Todavía no ha quedado muy claro si habrá un banco malo o no y cómo se financiarán o respaldarán esas sociedades. De cómo se articule esa fórmula dependerá el éxito de esta... ¿última reforma? ¿Lograrán por fin amputar el riesgo del ladrillo de los balances de los bancos? En opinión de los analistas, ésa es la cuestión principal para que pueda retornar el crédito. 

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