No fue sólo un estreno mediático. También el primer examen ante los accionistas del Santander. La toma de posesión de Ana Patricia Botín, su primer discurso, llenó de contenido una Junta Extraordinaria, que pese a la importancia del punto del día, estaba alejada de los focos. Un mero trámite, incluso para el banco que no tenía previsto despliegue de directivos. Sin embargo, el debut de la sucesora reventó el aforo. Hasta la fecha, ninguna Junta Extraordinaria de la entidad había logrado una representación tan elevada de accionistas, como la que se celebró este lunes en el Palacio de Congresos de Santander. El 52,1% del capital del Santander estuvo presente en la sala donde la nueva presidente de la entidad se apegó a un futuro embutido en la línea continuista creada por su padre Emilio Botín y en el que destacaron tres grandes silencios: el futuro del Consejo, la política de dividendo y el nombre de su sucesor en Reino Unido, que tendrá que ser elegido próximamente por el Consejo de administración de la filial británica.
"Continuar con la trayectoria de éxito de las últimas décadas no será fácil: el nuevo entorno competitivo y el entorno regulatorio son cada vez más exigentes", sostuvo Ana Patricia. "Asumo con gran confianza esta tarea, que llevaremos a buen fin porque conozco bien a nuestros equipos, su compromiso con el Santander, su alta cualificación y su dedicación a nuestros clientes. Seguiremos en línea con esta estrategia y trabajaremos para afianzar aún más la cultura Santander".
Precisamente, el compromiso con los clientes fue la mayor exigencia que le solicitaron la gran mayoría de los diez accionistas que intervinieron. Todos ellos, minoritarios. "El cliente es y seguirá siendo la base de la cultura y modelo de banco Santander. Tenemos más de 100 millones de clientes a los que aspiramos tener relación duraderas. Uno de los distintivos del banco es que además de dimensión global, tenemos un modelo de filiales autónomas integradas dentro del grupo que nos permitirá seguir atendiendo a nuestros clientes y competir con los bancos locales. Siempre con el objetivo de tener mejor relación con sus clientes", defendió la nueva presidente.
En la sala, los representantes de los grandes fondos, los que dominan la trastienda accionarial del Santander, escuchaban y tomaban nota. Sus reclamaciones no se hacen a micrófono abierto. Ana Patricia está a la búsqueda de su período de gracia. Incluso, desde el banco, así se reclama. Falta por saber si gozará de 100 días como los gobiernos recién elegidos.
Mismas reclamaciones de los accionistas
La desaparición de Emilio Botín del sillón donde abría las Juntas con su tradicional toque de campanilla no significó, sin embargo, un cambio en las viejas reclamaciones de los accionistas. Pocas caras desconocidas entre aquellos que tomaron la palabra. Los mismos o allegados que, en marzo pasado, solicitaron al banquero fallecido una solución para los afectados por los Valores Santander, las particulares preferentes de la entidad, el fondo Santander Banif Inmobiliario o las hipotecas con cláusulas suelo comercializadas por la Unión de Créditos Imobiliarios (UCI), la filial de créditos hipotecarios en la que participa el banco 'rojo'.
Desde el atril del consejo, Ana Patricia Botín respondió a las reclamaciones con las mismas respuestas que pronunció su padre. "La emisión de Valores Santander fue correcta. La información fue la adecuada. Los casos que llegan a los tribunales confirman esto. El banco estudia todas las reclamaciones que recibe", dijo en relación a estos híbridos. "...UCI desarrolla su actividad en el mercado cumpliendo la normativa aplicable. Todos nuestros productos están sujetos a la legalidad...", sostuvo en relación a la filial de créditos hipotecarios.
Durante el discurso no hizo mención al mantenimiento del dividendo, un tema habitual en los discursos del anterior presidente. Durante toda la crisis, el Santander ha repartido 0,60 euros por acción, pese a la fuerte caída del resultado en algunos ejercicios. En alguna ocasión, como en el ejercicio 2012, el banco ganó la mitad de lo que repartía en dividendos pero pudo pagar a los accionistas porque se lo permitieron las autoridades y porque el 88% escogió el abono en títulos, no en metálico. Un accionista se interesó por la futura política de dividendos, duda que quedó sin respuesta por parte de la presidente.
Demostró su perfecto inglés, nada que ver con el macarrónico acento del banquero fallecido, en la contestación a un accionista alemán que le conminó a explorar mayores alianzas en el mercado chino, tras el acuerdo del Santander con Peugeot. "Va a ser un mercado donde se van a vender muchos coches. Sería fundamental estar allí presente", razonó. El mismo accionista que se interesó también por la estrategia futura. Ana Patricia volvió a tirar de guión para la respuesta. "Nuestro objetivo es mantener su trayectoria, de éxito, a la que vamos a dedicar la mayor de nuestros esfuerzos", sostuvo hasta en dos ocasiones más.
En esa línea continuista no habrá terremoto al mayor nivel ejecutivo. Ana Patricia quiso respaldar públicamente a Javier Marín, consejero delegado de la entidad. Nadie le preguntó por la continuidad del CEO, pero ella quiso soltar el apoyo. No fue un descuido sobre el protocolo, desde luego. "El CEO (Marín) y yo hemos trabajado juntos muchos años, lo haremos muchos más; trabajaremos juntos en los cambios regulatorios y queremos estar más cerca de nuestros equipos y clientes".
El silencio buscado sobre el Consejo
No quiso pronunciarse, sin embargo, sobre el futuro del resto del consejo. Un silencio que, en el mercado, se interpretó este lunes como el guiño que anticipará futuros cambios. "Ahora toca que Ana Patricia traslade el relevo generacional al Consejo del Santander", se pedía ya este pasado miércoles entre algunos accionistas significativos del Santander consultados por Vozpópuli. Según datos de la agencia Bloomberg, el fondo con una mayor participación en el accionariado de Santander es BNP Paribas, con un 2,65% de las acciones, seguido del el estadounidense BlackRock, que posee un 2,24% del capital del banco, participación que superó el 4%, según la CNMV. Tras las mencionadas la siguiente firma con un mayor peso en el capital del banco es Vanguard Group, que cuenta con un 1,75% de las acciones de Santander. La participación de Norges Bank, el fondo soberano de pensiones noruego, asciende al 1,61% y la de Capital Group al 1,2%. Ya por debajo del 1% de las acciones, según datos de Bloomberg, estarían Deutsche Bank, UBS, Credit Agricole o Credit Suisse entre otros.
Según datos de la entidad, a 30 de junio de este año el 52,02% del capital de Santander está en manos de inversores institucionales, el 46,4% lo poseen los inversores minoristas y el 1,54% restante, el consejo, con 182 millones de títulos.
La inmensa mayoría aprobó el único punto del orden del día. Más del 99% de los accionistas ofreció su apoyo a la ampliación de capital que tendrá que acometer la entidad para la oferta de adquisición del 25% de la filial en Brasil.