La crisis financiera no ha traído la catarsis deseada y así lo ponen de manifiesto los expertos de Attitude Asesores, destacando el círculo vicioso en que se encuentran los mercados actualmente, del que ni los políticos ni los bancos centrales parecen capaces de salir y que beneficia a una pequeña élite ejecutiva y bancaria. Así, en un interesante artículo que merece la pena leer detenidamente, el socio de la firma Julio López, destaca que el diferencial de reparto de riqueza está en máximos históricos y lo ilustran con la reciente indemnización del principal ejecutivo de Citigroup, banco que precisó de un rescate por parte de la Reserva Federal en 2008.

Attitude es un multi family office.  Gestiona sicavs, es agencia de valores y sus socios son personajes de reputada trayectoria en el mundo financiero. Concretamente, Julio López ha sido director de la mesa de renta variable de Cajamadrid, operando en derivados y haciéndose cargo del propietary trading de la entidad. Es decir, no es un activista del 15-M ni un izquierdista peligroso.

Pero el experto destacaba ayer en una nota a clientes que luego publicó en su blog que “en un mundo que parece a punto de autoinmolarse nos encontramos situaciones curiosas, como que las empresas americanas tienen los mayores márgenes y beneficios de su historia, a la vez que tienen el menor porcentaje de empleados sobre población total de las últimas tres décadas, o que el porcentaje de salarios como porcentaje de la economía sea el más bajo de sus 240 años de historia”.

Así, las pretendidas ventajas que han otorgado la tecnología y la globalización han beneficiado al capital pero, sobre todo, “a los altos directivos de las empresas”, poniendo el más reciente ejemplo del CEO de Citigroup, Vikram Pandit, que “ha dejado esta semana su empleo tras 58 meses al frente, en los que ha acumulado una remuneración de 260 millones de dólares (200.000 dólares por día de trabajo) acompañado de una caída de la cotización de la acción del 90%”.

Fue rescatado

Conviene recordar que en 2008, el que en su día fue el mayor banco del mundo tuvo que ser rescatado por las autoridades económicas de EE UU, a través de compras de acciones preferentes y protección de activos tóxicos.

Ya se han cumplido más de cinco años desde la caída de Lehman Brothers y el estallido de las subprime, que supusieron el detonante de la crisis y todavía se siguen viendo estos espectáculos.

“El diferencial del reparto de riqueza se encuentra más separado que nunca”, alerta López, que destaca que “en los últimos 40 años, de cada dólar generado, 60 centavos han ido a manos del 1% de los más ricos”. Y la cosa sigue yendo a peor.

De esta manera destaca que “las políticas fiscales han favorecido claramente al capital frente al trabajo”, lo cual ha favorecido que el miedo a las fugas de capital se haya traducido en políticas fiscales laxas.

“Ha habido una clara obsesión por aumentar el valor de la empresa frente a otros participantes (empleados y clientes) y todavía tenemos casos la semana pasada, como los de Sanofi o Siemens, con sus beneficios y cotizaciones en máximos, que han anunciado nuevos despidos.”

Por lo demás, es muy aconsejable leer las reflexiones sobre el comportamiento de los mercados y los comentarios sobre gurús como John Mauldin, que recomiendan combinar austeridad con políticas de crecimiento. La recomendación es Mauldin es una contradicción tan grande como el hecho de que pretenda salir de la crisis por el elevado apalancamiento mediante inyecciones de los bancos centrales, que no son otra cosa más que nueva deuda. 

¿Quién sale beneficiado de todo esto? “Las compañías financieras”. Años después de la crisis, las elites siguen evitando cambios, los bonus sonrojantes continúan a la orden del día y la solución para las clases medias es más austeridad.