Banca

La CNMC también sufrirá la concentración por la opa de BBVA: perdería la cuenta del Sabadell

Ambas entidades se han enzarzado en una guerra de cifras para convencer a Competencia, que es un ejemplo práctico de lo que provocaría la fusión.

  • (I-D) Félix Bolaños, Pedro Sánchez y Cani Fernández, presidenta de la CNMC -

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también sufrirá la concentración bancaria por la opa de BBVA. El regulador de los mercados, en caso de que el grupo de La Vela fusione al cuarto banco más grande del país, perderá la cuenta que tiene en el Sabadell, que se integraría en la que también mantiene abierta en la actualidad de BBVA, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.

El foco de la opa está en Competencia, que tiene que decidir si autoriza con o sin condiciones o si prohíbe la operación por problemas de concentración. Precisamente este es el principal argumento que utiliza la cúpula del Sabadell para torpedear el intento de compra. Los trabajos de la CNMC van más lentos de lo previsto inicialmente por BBVA, que ya asume que la operación se puede retrasar al menos a primavera, como publicó este medio.

En la actualidad, el regulador de los mercados opera con cuatro bancos: Banco Santander, CaixaBank, BBVA y Sabadell. De triunfar la opa y posterior fusión, a la que se opone Moncloa alegando la reducción de la competencia en el sector, la CNMC perdería la cuenta del Sabadell, porque se integraría directamente en la del grupo de La Vela. Pasaría de tener cuatro a tres entidades principales.

Se trata de un ejemplo práctico sobre los efectos que puede provocar la opa, como señalan fuentes financieras. Si sólo hubiera tenido la cuenta del Sabadell y no de BBVA, por ejemplo, mantendría la red operativa, ya que el adquiriente (BBVA) heredaría la cuenta de la entidad catalana sin provocar una disminución del número de bancos.

Guerra de cifras

Ambas entidades están inmersas en una guerra de cifras para ‘convencer’ a Competencia. El equipo directivo de BBVA considera que la entidad combinada rondaría unas cuotas de mercado del 20% y que no sería la líder en España, superada por CaixaBank. También defiende que con la unión con Sabadell no se superarían los umbrales establecidos por las directrices de competencia de la Unión Europea, que fija que la entidad combinada controle el 25% o suponga un aumento de la cuota del 10% para la adquiriente, en este caso BBVA.

En el segmento de pymes, donde es más fuerte el Sabadell, el grupo presidido por Carlos Torres esgrime que sólo el 1,5% de este tipo de compañías trabajan con ambos bancos. Un porcentaje que crece al 3,6% en Cataluña. Para la cúpula del Sabadell, en cambio, el solape de pymes superaría el 40%. Uno de estos casos es el de la propia CNMC.

La Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público (LCSP) regula de manera específica el tratamiento de la fusión de empresas en el marco de la contratación pública en España, dado que estas operaciones de transformación societaria pueden afectar a la continuidad de los contratos públicos en vigor.

Esta norma prevé que, en caso de fusión, escisión, absorción o transformación de una empresa contratista, la empresa resultante o absorbente se subroga en la posición contractual de la entidad predecesora, continuando con los derechos y obligaciones del contrato original. Este mecanismo de subrogación está permitido con ciertas condiciones para garantizar la buena ejecución de los contratos públicos y evitar que los servicios se vean interrumpidos.

Este fundamento legal está recogido en el artículo 98 de dicha ley, en el que se dispone que se puede subrogar la posición del contratista inicial siempre que se “mantengan las condiciones de capacidad y solvencia económica, financiera y técnica o profesional requeridas en el contrato”. BBVA cumpliría con esta condición y por tanto, como indican fuentes de la CNMC, el regulador de los mercados no tendría que abrir una nueva licitación para cubrir la vacante del Sabadell.

Foco en los tiempos de Competencia 

La batalla sobre la opa se está centrando en Competencia. BBVA se ve en el espejo de CaixaBank y Bankia, aunque con la clara diferencia de que esa fusión fue amistosa entre las cúpulas. De hecho, desde el propio regulador se advierte de que se tardó ocho meses en autorizar en fase 1 la operación. Y eso sin tener que recabar información “a base de requerimientos” como está ocurriendo con el Sabadell, como se quejó la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, lo que ralentiza su examen.

Cuando lanzó la opa sobre el Sabadell el pasado 9 de mayo, el grupo de La Vela estimó un plazo de entre seis meses y ocho meses, que llevarían, en caso de triunfar, la operación a diciembre o enero. En el seno de BBVA ya se admite que la tardanza en Competencia romperá estos plazos iniciales.

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