Francisco González, presidente de BBVA, ha tenido que encajar en la junta de accionistas que un tercio de las intervenciones de inversores hayan sido de sindicatos descontentos con la política de recortes del banco. Los representantes de los trabajadores han hablado de una "conflictividad laboral" y una "confrontación" a las que se va a ver a abocada la entidad de seguir habiendo recortes.
El banquero respondió a las críticas de los sindicatos defendiendo que la reducción de plantilla ha sido de apenas un 9% desde 2012, desde el 20% registrado de media por el sector. "Cuando vemos las remuneraciones de la plantilla, se comprueba que pagamos mejor que la mediana del sector", ha puntualizado.
Pero ha reconocido que "lo que viene por delante va a ser duro e intentaremos tomar las medidas que permitan mantener el mayor empleo posible de los 135.000 que tiene BBVA a nivel global". También ha subrayado que las nuevas tecnologías "ofrecen inmensas posibilidades para reducir los costes".
Mientras, desde los sindicatos se quejaron de que las bajas selectivas llevadas a cabo en la red y en los servicios centrales el año pasado, que están creando un ambiente de "medio y amenaza". También protestaron por las prolongaciones ilegales de jornada y porque "se están amortizando puestos indefinidos en beneficio de contratos más precarios".
Soluciones
Desde los representantes de los trabajadores señalaron que "no hace falta reducir la plantilla sino gestionar mejor los servicios por parte de los gestores". "Se están tapando los errores de la burbuja inmobiliaria con despedidos", añadieron.
Un representante de los trabajadores vasco fue más allá, al señalar que "las ventas digitales y los objetivos a la red" de este tipo de transacciones "no son reales", insinuando que lo que produce es que los comerciales de la red pidan a sus clientes que realicen operaciones con el móvil dentro de la oficina.