El próximo examen a la banca europea, paso previo a la supervisión única bancaria por parte del Banco Central Europeo en la próxima primavera, ha llevado a Angela Merkel a encender de nuevo el ventilador contra el sistema financiero español. Alemania, en definitiva, su canciller, pretende utilizar la revisión de las carteras de créditos refinanciados de la banca española, como excusa de que las entidades financieras nacionales aún están en coma. Una cortina de humo para tapar los problemas de las cajas alemanas, de tan dudosa solvencia como algunas de las antiguas cajas españolas, y de sus bancos en el difícil contexto macroeconómico actual.
La banca española cuenta con 208.000 millones en préstamos refinanciados, según datos del Banco de España. De ellos, el 42,4% (88.270 millones) está clasificado como normal por las entidades, mientras que un 20,6% (42.890 millones) es subestándar y el 37% (77.036 millones) restante, como dudoso. En total, casi 120.000 millones (concretamente, 119.926 millones) están con problemas de pago. Cifras que ningún otro supervisor en Europa ha dado a conocer y en las que se centrarán los hombres de negro de la Troika en su inminente visita, como adelantó Vozpópuli el pasado martes.
La revisión de estas carteras obligarán a una nueva ronda de provisiones a la banca española. Sin embargo, su impacto parece controlado. La horquilla se extiende entre los 10.000 a 15.000 millones para todo el sector. Lejos de los 50.000 millones de cada uno de los dos decretos del ladrillo. Este nuevo saneamiento, en la mayoría de los casos, se absorberá vía de cuenta de resultados. El Banco de España estima que la mayor parte del impacto se concentrará en pocas entidades y que no se necesitarán ayudas más públicas.
Los cálculos de los bancos de inversión estiman que Popular, Sabadell, Caixabank y Catalunya Caixa pueden ser las entidades que necesiten más provisiones. En los tres primeros casos, en caso de que las cuentas de resultados no pudieran soportar las nuevas necesidades de saneamiento, se tendría que acudir a una ampliación de capital. En paralelo, se acometería una estrategia de desinversión de activos. Sólo en último caso,una opción que se descarta a día de hoy, se inyectaría dinero público mediante 'cocos', bonos convertibles.
Economía asegura que el Tesoro tiene actualmente suficiente capacidad para financiar cualquier necesidad de ayuda pública por la revisión de las refinanciaciones
En el caso de Catalunya Caixa, el deterioro evidente que está sufriendo la entidad, pese a la recapitalización con el dinero europeo, ha llevado a Economía a reabrir la posibilidad de subastar la entidad. En el sector se estima que la entidad catalana podría tener que recibir, con toda probabilidad, más fondos públicos. Sin embargo, esta nueva inyección provendía de emisiones del Tesoro y no de los 60.000 millones restantes del MEDE.
En el Gobierno sorprendía la petición de Alemania, que ayer recogía El País citando a un alto funcionario alemán, que incluso podría ser la propia Merkel, de que España debía solicitar más dinero de los fondos europeos para la banca española. "Es curioso que Alemania diga esto ahora cuando, desde que se solicitó el rescate, sólo ha ido restringiendo la cifra que se podía utilizar", explicaban ayer fuentes del Gobierno.
La principal razón por la que el Gobierno de Rajoy no puede utilizar más fondos del rescate europeo se debe a que es una de las condiciones que se negoció con Bruselas para lograr una relajación de dos años en los objetivos del déficit. Así lo confirman fuentes del Gobierno. En Economía, confían en hacer frente a cualquier necesidad adicional de capital a través del Tesoro. El éxito de las últimas emisiones aporta tranquilidad en estos momentos.
"La banca española está, a día de hoy, en la misma línea que el resto de la banca europea. Su devenir dependerá de la evolución de la economía y no de su situación de solvencia. Si hay un nuevo 'shock' económico sufrirá tanto como el resto", explicaba esta semana una fuente del Banco de España.
La agencia de rating Egan Jones calcula que las pérdidas de Barclays podrían alcanzar los 80.000 millones, 4 veces los números rojos de Bankia en 2012
Entre los analistas internacionales y varios 'think tank' internacionales se alarma sobre los problemas subyacentes de la banca alemana. De hecho, la agencia de calificación Egan Jones rebajó el pasado 18 de abril la calificación de Alemania desde la triple A a 'AA+' aumento de la tasa de deuda sobre PIB de Alemania, que sobrepasará el 100% pese a rondar el 80% hace apenas dos años, y la situación de sistema financiero.
En este sentido, Egan Jones justifica la rebaja en la proyección de pérdidas que establecen para Barclays que lo cifran cercano a los 80.000 millones, cuatro veces los números rojos de Bankia en 2012.
Otro síntoma de la debilidad de la banca alemana, en especial de las cajas, es la presión que está ejerciendo Alemania para aumentar el tamaño mínimo de activos que tienen que tener las entidades que serán revisadas por la EBA antes de final de año. La pretensión de la Autoridad Bancaria Europea, por mandato del Banco Central Europeo, es que todas las entidades de un tamaño superior a los 30.000 millones pasen esta revisión de carteras. Sin embargo, la presión alemana, que también quiere hacer algunos cambios en la metodología del examen, puede cambiar los planes inicialmente establecidos.
"Alemania, con el inicio de su salida del Commerzbank, ha demostrado que no sólo España tendrá pérdidas en su salida de los bancos nacionalizados", aseguran desde un banco de inversión internacional. Hace dos días, el estado alemán inició el proceso de salida del Commerzbank, segundo banco de Alemania al que tuvo que rescatar en 2008, con pérdidas ya que ha colocado las acciones por las que pagó 34,70 euros a 7 euros por título.