Bankia salió a Bolsa ofreciendo a los futuros accionistas datos erróneos. Así lo sostiene el informe final emitido por dos peritos del Banco de España, que trabajan a las órdenes del juez Fernando Andreu, instructor del 'caso Bankia'. En sus conclusiones, los peritos afirman que "los estados financieros de BFA [matriz de Bankia] incluidos en el folleto de emisión no expresaban la imagen fiel de la entidad [...] Tampoco los estados financieros de Bankia expresaban su imagen fiel".
Los estados financieros de BFA incluidos en el folleto de emisión no expresaban la imagen fiel de la entidad", dice el informe, que asegura que "tampoco los estados financieros de Bankia expresaban su imagen fiel" con motivo de la oferta pública de suscripción (OPS) que supuso su salida a Bolsa.
El informe señala que unos meses después de la OPS las cuentas se reformularon para contabilizar saneamientos adicionales de activos y préstamos inmobiliarios que al menos en parte correspondían a fechas anteriores a la salida a Bolsa, de los que, según la documentación examinada, no puede alegarse desconocimiento, porque "Bankia tenía la información necesaria, o estaba a su alcance conseguirla, para establecer la correcta valoración de activos".
Además, los peritos ponen objeciones a otros aspectos de la salida a Bolsa, en particular la fijación del precio. "El precio fijado, 3,75 por acción, que suponía un descuento sobre el valor contable del 74%, volvió inviable a BFA, al romper el grupo fiscal y dañar la recuperabilidad de sus cuantiosos activos fiscales y al causar una gran pérdida del valor de su participación en Bankia, en perjuicio de sus accionistas y acreedores, principalmente los tenedores de obligaciones subordinadas y participaciones preferentes, así como el propio FROB".
Añade que la fijación del precio "no fue un modelo de concurrencia pues se realizó en base a las ofertas de 29 grupos económicos, algunos incluso con relaciones de dependencia respecto al grupo BFA". Añade que "se han detectado compras inexplicables, realizadas por acreditados con riesgos refinanciados y retrasos generalizados en el pago de sus cuotas. Se han detectado ventas inmediatas tras la salida a bolsa que ponen en duda el interés real de algunos inversores".
Además, el informe de los peritos del Banco de España carga duramente contra Deloitte, auditor de la entidad en la salida a Bolsa. Según recoge el documento, tanto la auditoría de cuentas consolidadas del Grupo BFA, como las de su matriz Bankia, fueron firmadas por el socio Francisco Celma, "no indicando ningún tipo de salvedad, e indicando que cumplen con la normativa del Banco de España, cuando la situación financiera consolidada y los resultados consolidados no se adecúan a las citadas normas".
El informe del Banco de España supone un duro revés para la actual Bankia ya que abre la puerta a que los compradores de acciones en la salida a Bolsa puedan reclamar en los tribunales la devolución de su inversión al comprar acciones en base a una imagen irreal del estado financiero de la compañía.
Dudas sobre la reformulación del nuevo equipo gestor
Las cuentas de Bankia y su matriz BFA del año 2011, el último completo de Rodrigo Rato en la presidencia del grupo, así como las reformuladas por su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, no reflejaban "la imagen fiel de estas entidades", según el informe de dos peritos procedentes del Banco de España, a la orden del juez Andreu, al que ha tenido acceso Vozpópuli.
En ambos casos "debido a la existencia de ajustes de importancia material no contabilizados". Así, en el caso de la reformulación de las cuentas efectuada por el nuevo equipo de Goirigolzarri, el informe dictamina que existe un desajuste contable porque se deberían haber incluido más deterioros en las cuentas de 2011, frente a los efectuados en 2012. Además, los peritos sostienen que los nuevos administradores deberían haber clasificado como dudosos, y no subestándar, créditos reclasificados del mundo de la promoción y construcción inmobiliaria. Esta diferencia supone una cifra de 1.192 milones que debería haber reducido la cifra de pérdidas y ganancias individual y consolidada de BFA y su matriz Bankia.
Además, en las cuentas de 2011 elaboradas por el equipo de Rato, "la información analizada pone de relieve la pésima calidad del seguimiento del riesgo de crédito, pues buena parte de los expedientes carecían de estados financieros de los acreditados y de información actualizada sobre las garantías".
"Ajuste incorrecto"
En el caso concreto de BFA, los peritos cuestionan que no se saneara la participación en Bankia, que en la reformulación de las cuentas generó un ajuste de 5.189 millones, ni se dieron de baja los activos fiscales. Todo ello debió registrarse en la fecha de los primeros estados después de la salida a bolsa, añaden.
Debía haberse anotado pérdidas de 1.301,30 millones por la revisión de carteras
Mientras que en las reformuladas con Goirigolzarri, los expertos ven "incorrecto el ajuste de los activos fiscales de BFA, 2.744 millones" así como los deterioros contabilizados, en concreto los referidos a saneamientos por 20.807 millones descontados 3.100 millones atribuibles al traspaso de activos al banco malo, Sareb.
A juicio de los peritos, "es evidente que parte de estos deterioros eran anteriores a 2012", año en el que el nuevo equipo de Bankia reformuló las cuentas del ejercicio previo. La extensa documentación examinada por los peritos ha puesto de relieve "discrepancias que prueban retrasos en el reconocimiento contable del deterioro" de activos de las entidades.
Todo ello a pesar de que los administradores y directivos del grupo tenían "capacidad y experiencia" para interpretar los datos y extraer conclusiones sobre el deterioro de activos inmobiliarios.
No cumplen la normativa
Las primeras cuentas de Bankia de 2011 no cumplen la normativa del Banco de España "debido a la existencia de errores contables", ya que debería haberse reducido los recursos propios computables y el patrimonio neto en los citados estados por importe de 781,9 millones de euros, reduciéndose la cuenta de pérdidas y ganancias por la exposición del grupo al sector inmobiliario. También debía haberse anotado pérdidas de 1.301,30 millones por la revisión de carteras y del riesgo al sector promotor e inmobiliario.
Los peritos concluyen que BFA tampoco formuló bien sus cuentas y debió realizar ajustes por 6.869,81 M.
El ajuste por estos conceptos suma 2.083,20 millones de euros y haría que el grupo realmente perdiera 1.830 millones de euros frente a los 252,87 millones de beneficio que Bankia declaró antes de la marcha de Rato, concluye el informe. Pero además, los peritos concluyen que BFA tampoco formuló bien sus cuentas y debió realizar ajustes por 6.869,81 millones de euros, con lo que se anotaría unas "pérdidas muy significativas" de 4.570 millones de euros, frente a los 30 declarados.
En el caso de las cuentas de Bankia de 2011 reformuladas por el equipo de Goirigolzarri, la conclusión de los peritos es que tampoco cumplen la normativa del Banco de España debido a la existencia de errores contables al no considerar como morosos determinadas carteras y riesgo de promotores inmobiliarios.
En los números de la matriz del grupo sucede lo mismo y los peritos detectan errores porque algunas carteras de créditos debían estar clasificadas ya como morosas, al igual que los motivos alegados para ajustar el valor de determinados activos inmobiliarios. Por todo ello ponen en cuestión que estas cuentas hayan sido aprobadas sin salvedades por Deloitte y el auditor Francisco Celma, quien dijo que cumplían con la normativa del Banco de España, "cuando la situación financiera consolidada y los resultados consolidados no se adecúan a las citadas normas".