Economía

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras entra en funcionamiento

BAII ha entrado este sábado en funcionamiento con una ceremonia de apertura celebrada en Pekín en la que participa el presidente chino Xi Jinping y representantes de los 57 miembros fundadores de la entidad, entre ellos, España.

  • El presidente chino Xi Jinping, encargado de inaugurar el evento.

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) ha entrado este sábado en funcionamiento con una ceremonia de apertura celebrada en Pekín en la que participa el presidente chino Xi Jinping y representantes de los 57 miembros fundadores de la entidad, entre ellos, España. "Este es un momento histórico", resaltó Xi Jinping al inaugurar el evento, que se celebra en Diaoyutai, la residencia para líderes extranjeros de la capital china.

En encuentros que durarán desde este sábado hasta el lunes, se elegirá oficialmente al presidente de la institución -un cargo para el que China ha designado a Jin Liqun, antiguo viceministro de Finanzas del país y exvicepresidente del Banco Asiático de Desarrollo (BAD)- y al equipo directivo. En su discurso, Xi manifestó su esperanza de que el BAII facilite el crecimiento de la economía y atraiga más inversión en la región, según la cadena estatal CCTV.

Además, anunció que China invertirá 50 millones de dólares más en el BAII, con lo que su inversión total será de 29.830 millones de dólares (27.329 millones de euros). La fundación formal de esta institución financiera auspiciada por Pekín fue posible una vez que 17 países, con una aportación de un 50,1 % del capital inicial de 100.000 millones de dólares (91.000 millones de euros) del banco, ratificaron los estatutos acordados por los 57 miembros fundadores en mayo y firmados en junio.

De la reticencia a la participación

Con la inauguración de este sábado, Xi Jinping culmina un proceso que ha durado apenas 27 meses y que empezó en octubre de 2013, cuando el presidente chino propuso su creación. Desde entonces, el banco impulsado por Pekín fue interpretado como un proyecto de la segunda economía mundial para restar influencia en Asia al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), dominadas por Estados Unidos, o el BAD, controlado por Japón.

Durante los primeros meses de gestación del BAII, sus apoyos se limitaban a Asia e, incluso dentro del continente, importantes economías como Japón, Corea del Sur o Indonesia eran reticentes a participar. La situación cambió en marzo de 2015 con la solicitud de ingreso formulada por el Reino Unido, una decisión que precipitó la entrada en el banco de las mayores economías europeas, entre ellas España, así como de potencias emergentes de otras regiones como Brasil y Sudáfrica.

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