La primera de las dos mujeres que pueden sacarle los colores a Pedro Sánchez en la UE es polaca y absolutamente desconocida para el gran público. Se llama Joanna Krzeminska y dirige una de las cuatro divisiones de la Oficina Europea Anti Fraude (OLAF). Concretamente, la encargada de identificar quién malgasta el dinero público comunitario.
La segunda mujer era completamente anónima para los españoles hasta el pasado otoño. Incluso en las filas del propio Gobierno, pocos conocían la identidad y el rostro de Monika Hohlmeier, actual presidenta de la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo.
A parte de residir en Bruselas, Krzeminska y Hohlmeier tienen en común la tarea de seguirle la pista a cada euro que sale de las arcas públicas de la UE. Y ambas han puesto el punto de mira en España por dos razones. La primera es que nunca han circulado tantos fondos públicos en tan corto periodo de tiempo (el programa NextGenerationEU está dotado con 750.000 millones). La segunda es que nuestro país es el primero de toda la Unión que empezó a recibir las subvenciones.
Ese hecho en sí mismo justifica por qué el Europarlamento y la OLAF han puesto el foco en España. Pero hay un argumento de mayor peso. Hay demasiada opacidad en torno a la gestión de los fondos. La última última vez que el Gobierno desveló el grado real de ejecución fue en septiembre de 2021. Es decir, desde hace 17 meses no se sabe cuánto dinero público ha llegado al último eslabón de la cadena: empresas, organismos, pymes y autónomos. O sea, la economía real.
Otro dato. El Consejo de Ministros ha dado luz verde ya a 12 PERTE, los proyectos estrella del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. Son los mejor dotados económicamente y los que deben actuar como locomotora de la transformación que persiguen los NextGeneration. Sólo uno de ellos ha echado a andar (el del vehículo eléctrico), pero la lentitud exasperante y las trabas regulatorias han estado a punto de llevarse por delante un proyecto vital como la fábrica de baterías de Sagunto (por el hartazgo de Volkswagen).
La falta de transparencia inquieta desde hace tiempo en algunos despachos de Bruselas. A la Comisión Europea le interesa, tanto o más que al Gobierno español, que los fondos europeos lleguen a buen puerto. Costó arrancar en su día el compromiso de los países 'frugales', que se resistían a firmar tantos cheques en blanco para naciones demasiado dadas al dispendio. Monika Hohlmeier pertenece al primer grupo (Alemania) y Pedro Sánchez al segundo (la cada vez más endeuda España).
La eurodiputada advirtió el pasado otoño que nadie sabía a ciencia cierta "en qué se está gastando el dinero España". Y esa laguna informativa es, a su juicio, poco "presentable" ni "aceptable". Por eso decidió enviar una delegación de la Comisión de Control a Madrid. Los eurodiputados aterrizarán mañana en la capital, para entrevistarse con los ministros Nadia Calviño, María Jesús Montero y José Luis Escrivá.
En los días previos a la visita, Moncloa se ha esforzado por trasladar varios mensajes, con el fin de quitar hierro a la misión. Uno: la potestad de controlar los fondos NextGeneration corresponde a la Comisión Europea y no al Parlamento, de ahí que fuentes gubernamentales definan la delegación casi como una mera ‘excursión’ de eurodiputados. Dos: las misiones son rutinarias y tienen como destino todos los países beneficiarios de las subvenciones. Y tres: el Gobierno español está haciendo en tiempo y forma los deberes con los fondos.
Sin embargo, bajo la aparente seguridad que vende el Ejecutivo subyace una preocupación inconfesable. Lo demuestran un par de hechos. El pasado martes, la vicepresidenta económica envió una carta de tres páginas a Hohlmeier, firmada junto a la titular de Hacienda, en la que explicaba lo mucho que el Gobierno está haciendo para gastar correctamente los fondos. Moncloa no tardó en filtrar la misiva, para que llegara a la prensa y a los ‘lobbies’ que generan influencia y opinión.
El jueves, ambas ministras comparecieron para detallar los avances en la ejecución. ‘Casualmente’, decidieron aportar luz sobre los fondos cuatro días antes de que Hohlmeier y sus ‘hombres y mujeres de negro’ pisen Madrid. Calviño y Montero llevaban diez meses sin presentar un informe completo. De hecho, sólo lo han hecho en dos ocaciones (diciembre de 2021 y abril de 2022). Las ministras informaron de que se ha adjudicado ya el 75% de los fondos presupuestados para los dos últimos años, pero no concretaron cuántos se han pagado de verdad, en términos de Contabilidad Nacional.
El Ejecutivo se afana en preparar el terreno, a sabiendas de que los enviados del Parlamento Europeo sí tienen un poder concreto: el de abochornar en público al Gobierno. Al aparato económico ya le molestaron las críticas de Hohlmeier el pasado octubre, tanto como le ha incordiado ahora a Calviño la respuesta fulminante de la eurodiputada alemana. En otra carta, fechada este jueves, propinaba varios ‘zascas’ a la vicepresidenta, por "intentar anticipar las conclusiones de la misión antes de que comience".
"Irregularidades" con el dinero público
Sobre Moncloa, además, planea otra amenaza con la que nadie contaba. La protagonista es la mujer con la que arranca este análisis, Joanna Krzeminska. El pasado 9 de febrero, la jefa de control de gasto de la OLAF intervino en el Parlamento Europeo, en una sesión organizada por Monika Hohlmeier para explicar la misión a Madrid. Krzeminska lanzó un mensaje inquietante: "La OLAF ha iniciado varias investigaciones sobre irregularidades con los fondos europeos". La alta funcionaria polaca no dio detalles, pero el mero hecho de que hiciera el anuncio en una sesión donde se hablaba de España hizo saltar más de una alarma en Moncloa.
"Estamos en el primer análisis, acabamos de empezar y es posible que planteemos recomendaciones. Las alegaciones son distintas en su naturaleza: irregularidades en licitaciones, conflicto de interés, procedimientos de financiación…", explicó en el hemiciclo. Hablaba de la UE en general, pero alentó las sospechas de que España sea uno de los países investigados por las "irregularidades".
Krzeminska dará nombres en los próximos meses. Antes se conocerán las conclusiones de la misión de Hohlmeier. Una y otras han sido unidas por el destino para sacar los colores a los gobernantes que no emplean como deben el dinero público. Tiene muchas papeletas para estar en ese lote Pedro Sánchez, el presidente de la UE que más se ha trabajado su perfil internacional, para buscar una salida si los electores le echan del Palacio de La Moncloa.
Gkh
UE = corrupción. Sánchez no sólo no le preocupan estas dos si no que se mueve en su salsa.
marqueslinchado
No hay nada que rastrear: las sedes de La PSOE y lo Pudrimos, al tiempo que todos los organismos públicos controlados por la partida o por l@s fodecans.
giledu
Con voluntad crítica pillarían en "brag@s" a toda esta caterva de malversadores. Pero con la carita que la Von der Fallen le pone al "belo" Antonio, dudo que esto llegue a un puerto limpio y sano.
Mazarino
Mirad en LAS FUNDACIONES cuyo fin primordial es ocultar y pillar.