La fuga de inversores internacionales de la deuda española parece haberse frenado. La venta de deuda pública española no aumenta lo que ha enviado una señal de tranquilidad a corto plazo al Tesoro Público, según confirman fuentes de la institución. Sin embargo, eso no significa que los grandes jugadores internacionales vuelvan a confiar en las emisiones españolas sino que parece inaugurarse un nuevo régimen para los próximos años: el de un futuro en el que España se financiará más con los fondos de los bancos españoles.
Eso es lo que prevén, precisamente, los grandes bancos que deberían prestar fondos al Tesoro Público que estiman que la fuga no continuará creciendo pero que, al mismo tiempo, recomiendan no volver la deuda española, al menos, en los próximos años.
La apuesta de los fondos extranjeros por la deuda española será estable a partir de ahora”, afirma Barclays
El más destacado en hacerlo ha sido Barclays Capital que, basándose en el análisis de flujo de fondos de septiembre, estima que dos tercios de las apuestas bajistas se basaban en coberturas financieras y han sido liquidadas ya. El tercio restante obligaría a deshacer posiciones en efectivo y eso resulta ya menos probable. Así pues, la fuga de fondos internacionales de la deuda española puede haber terminado ya, menguando entre un 15 y un 20% la presencia extranjera de manera permanente.
“La apuesta de los fondos extranjeros por la deuda española será estable a partir de ahora”, afirma Barclays que concluye que hay “más inclinación de los fondos internacionales a comprar deuda italiana”.
Morgan Stanley sostiene la misma tesis: comparativamente, Italia tiene una posición deudora menor con la banca internacional y eso le otorga más margen que a España para recurrir a la inversión extranjera, según recoge en su último informe soberano. Así pues, España tendrá que aprender a vivir más aislada.
Citi asegura que la deuda española puede convertirse ahora en una opción, sobre todo, porque –según su análisis—el BCE mantendrá sus tipos estables. Ese hecho, sumado a la posible rebaja de tipos de interés que Citi espera para finales de este año o principios del próximo pueden convertir a la deuda española en refugio internacional.
Con ese consenso, el nuevo paradigma para España en el medio plazo es el que el BCE pretendía desactivar: una relación de dependencia entre el Estado y sus propios bancos que hace a ambos vulnerables ante un problema en el otro lado.