Australia se ha revelado en los últimos años como el último gran mercado conquistado por los grupos de infraestructuras españoles, que han encontrado en el país oceánico un espacio ideal para profundizar en el proceso de internacionalización de sus carteras. Lejos de frenarse, la tendencia parece acelerarse. Si en los últimos cinco años las empresas españolas han logrado contratos en Australia por valor de 15.000 millones de euros, actualmente aspiran a engordar sus respectivas carteras con proyectos valorados en unos 10.000 millones adicionales.
Sin duda, la licitación estrella es la relacionada con la North East Link, un proyecto para diseñar y construir una nueva autopista de peaje en el Estado de Victoria, cuyo valor podría superar ampliamente los 5.000 millones de euros. En este caso, está garantizado que el contrato irá a parar a un grupo español puesto que los tres consorcios finalistas están liderados por ACS, Acciona y Ferrovial, precisamente las tres compañías que tienen una presencia más destacada en el país.
Los sistemas de transportes también están ofreciendo oportunidades que los grupos españoles no están dejando pasar. Fue el caso en el pasado de Acciona con el tren ligero de Sydney, un contrato valorado en unos 1.400 millones de euros y que ha estado inmerso en reclamaciones judiciales hasta poco antes del verano. La compañía controlada por los Entrecanales también pujó por el metro ligero de Brisbane, aunque finalmente se lo adjudicó ACS.
El negocio también se focaliza en el sector de las energías renovables, en el que las autoridades australianas se están volcando. Las oportunidades se están cristalizando en la construcción de parques de gran extensión, algunos de los cuales ya llevan la firma de empresas españolas, especialmente Acciona.
Compra de empresas locales
La entrada significativa de empresas españolas en Australia se remonta a los primeros años del siglo pero ha sido en la presente década cuando se el país oceánico se ha revelado como un mercado internacional de referencia. Hasta el punto de que las empresas comenzaron abriendo oficinas comerciales y han dado un paso adelante con la adquisición de compañías locales con el fin de facilitar la conquista de la plaza australiana.
Con ventaja parte ACS, toda vez que los mercados de Asia-Pacífico ya figuraban en su objetivo cuando se hizo con el control de Hochtief. La constructora alemana incluía una joya llamada, por entonces, Leighton (la actual Cimic), actor principal del sector en Australia. Desde comienzos de la década, cuando el grupo que preside Florentino Pérez se convirtió en accionista mayoritario de Hochtief, Australia se ha convertido en un mercado estratégico para él.
Sin embargo, no es la única que cuenta con una empresa del lugar en su grupo. Hace dos años, Acciona adquirió la constructora local Geotech. Algo antes, Ferrovial había cerrado la adquisición de la compañía Broadspectrum, una de cuyos sectores estratégicos es la gestión de centros penitenciarios y de refugiados.
Déficit de infraestructuras
Las autoridades australianas se han volcado en los últimos años en ambiciosos planes de infraestructuras, centrados en el transporte urbano y en las renovables. Las principales ciudades del país carecían de sistemas como el metro, sin ir más lejos, además de contar con notables déficits en materia de carreteras.
En el horizonte aparece un proyecto de línea de alta velocidad en el país, en el que las constructoras españolas partirían claramente como favoritas por su amplia experiencia en el sector. Por ahora, su grado de madurez no es tan elevado como para pensar en una próxima licitación. Pero lo que sí parece un hecho es que cuando llegue el momento, los grupos españoles habrán conquistado definitivamente un mercado con el que, además, parecen haber roto el viejo axioma de que la construcción no viaja bien.