El independentismo sigue pasando factura a la economía catalana un año después del reférendum ilegal del 1-O. Es cierto que no se cumplieron los peores augurios que vaticinaron grandes economistas hace ya más de un año, pero también es cierto que la región va a sufrir más que ninguna otra la ralentización económica que se espera en este ejercicio. Así lo evidencian las cifras de los principales analistas españoles.
En concreto, Cataluña pasará de crecer por encima de la media en 2017 a ser la segunda que menos crece solo doce meses después. El año pasado la economía española creció un 3,1% y Cataluña superó en dos décimas esta cifra: creció un 3,3%. Este año, en cambio, las previsiones apuntan a que el PIB nacional se moderará al entorno del 2,7% y Cataluña solo crecerá algo más del 2%.
Ninguna comunidad sufrirá una ralentización económica tan aguda. De hecho, el conjunto del país perderá solo tres décimas de crecimiento. Y habrá algunas comunidades que incluso mejoren sus registros de 2017, como Madrid, Castilla y León, País Vasco y Extremadura. En Cataluña, en cambio, la economía se dejará más de un punto de crecimiento a lo largo de estos meses.
Si nos vamos un poco más atrás la cosa empeora porque vemos que Cataluña fue una de las comunidades autónomas que fue capaz de salir antes de la recesión y lideró el crecimiento español en 2015 y 2016. En 2017 perdió fuerza, pero siguió creciendo por encima de la media y en 2018 todo apunta a que pasará a estar entre los últimos puestos del ránking.
Según las previsiones en tiempo real que hace la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), la comunidad está creciendo a un 2,5% en el segundo trimestre, por debajo del 2,7% de la media nacional. Solo tres regiones: Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía están creciendo menos que Cataluña.
La desaceleración que hemos podido ver este verano se ha notado considerablemente en la comunidad
Y el verano, que normalmente trae buenas noticias para el consumo por el buen tiempo, las rebajas y el turismo, no ha dejado datos muy positivos. Por ejemplo, las cifras de julio de comercio minorista y pernoctaciones hoteleras muestran ciertos signos de debilidad. Y Cataluña se lleva la palma.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las tiendas y los supermercados catalanes han vendido un 2,5% menos que en julio de 2017. La caída en Cataluña es muy superior a la de la media nacional, que cae un 0,6%, y que le sitúa como la peor comunidad en España y la segunda peor región, tras la ciudad autónoma de Ceuta, que cede un 3%.
El turismo
Otro de los datos del INE de julio que evidencian el impacto de esta inestabilidad son las pernoctaciones hoteleras. Desde octubre, el número de pernoctaciones en Cataluña gotea a la baja. En julio, el retroceso fue del 7,2% entre los residentes y un 6,2% entre los extranjeros respecto al mismo mes del año pasado. Una caída mucho mayor en comparación con el resto de España, donde la estadística baja entre los residentes un 1,1% y entre los extranjeros un 2,7%.
Esta caída provoca que Cataluña caiga a la tercera posición como destino preferido entre los turistas residentes en España, en favor de la Comunidad Valenciana. Ambas comunidades representan el 14,7% y el 14,2% del volumen de dichas pernoctaciones en todo el país.
Todos los datos que vamos conociendo nos muestran que la inestabilidad política que vive la región está afectando y mucho a la comunidad autónoma, que ha pasado de liderar el crecimiento del país a quedarse en los vagones de cola. Y todo puede seguir empeorando si no se pone fin de una vez a esta crisis, algo que, de momento, parece poco posible.