La volatilidad no sólo se ciñe a las encuestas electorales. En cuestión de unos meses, todos los partidos han cambiado a sus primeros espadas en economía de cara a los comicios del 20D. Desde Cristóbal Montoro a Manuel de la Rocha, pasando por Manuel Conthe o Juan Torres y Vincenç Navarro, todos han sido relegados por una circunstancia u otra, a la búsqueda ya sea de unas caras frescas sin hipotecas o de un par de manos seguras y con acreditada solvencia, según sea el caso.
En el Gobierno del PP, Guindos está de salida. Montoro tiene un cartel electoral discutible. Y Soria está casi desaparecido. Entre los más jóvenes, Alberto Nadal se marcha de la secretaría de Estado de Energía con destino a un puesto institucional en EEUU. Y Jaime García Legaz abandonará la secretaría de Estado de Comercio después de las elecciones, harto de la parodia del pequeño Nicolás. De modo que entre los más jóvenes y brillantes, al PP tan sólo le resta Álvaro Nadal, el director de la Oficina Económica de Moncloa, quien se ha encargado de coordinar el programa económico del partido, filtrando y puliendo las propuestas que procedían de los propios Ministerios y, en menor medida, de Faes.
El lenguaraz Montoro ha sido convenientemente aparcado de la primera línea de campaña. Ni siquiera estuvo presente en la puesta de largo de las propuestas económicas del PP. Así que Nadal y Fátima Báñez han tenido que tomar el timón. Pese a que a veces sea criticado por pecar de brusco, Nadal se ha convertido en un claro ministrable que goza de la confianza de Rajoy y de la vicepresidenta Soraya. "Es lo mejor que tiene el PP de lejos. Quienes han trabajado con él y su hermano Alberto saben que son brillantes, auténticos frikis de la economía. Pero no les puedes pedir que sean perfectos. En ocasiones, han sufrido una suerte de autismo propio de la Moncloa alimentado por una situación de urgencia nacional en la que tuvieron que tomar decisiones que obviamente perjudicaron muchos intereses", comentan en medios políticos.
Sin embargo, Nadal está saliendo de las cañerías de Moncloa para intentar dotar de una cierta narrativa la labor realizada por el Gobierno en los últimos años. "Llevamos 22 meses manteniendo la evolución de los precios por debajo de Alemania, y justo 21 meses creando empleo. Eso no es casualidad sino causalidad. Las empresas tienen básicamente cuatro costes en su escandallo: el laboral, el fiscal, el financiero y el energético. Se puede criticar que lo hayamos hecho peor o mejor, pero hemos aprobado cuatro reformas que atacan precisamente esos costes. Estamos jugando al juego de la competitividad incluso mejor que lo hace Alemania. Todavía hay mucho que hacer, pero el cambio de tendencia es evidente. Eso lo enseñaban hasta en Barrio Sésamo: no es lo mismo subir que bajar. Antes el empleo se destruía y ahora crece. Si no hay un cambio de política económica, si seguimos manteniendo nuestra competitividad y nuestro saldo positivo con el exterior, España podrá alcanzar el ciclo de crecimiento más largo de su historia", asegura Alvaro Nadal allá donde va en campaña.
Por su parte, el PSOE se ha echado en los brazos de Jordi Sevilla en busca de una credibilidad cuestionada tras un Zapatero barrido por la crisis. Después de una entrevista concedida al diario Expansión en la que anunció una fuerte alza fiscal, Manuel de la Rocha ha perdido el protagonismo que en un inicio le concedió Pedro Sánchez. El todavía secretario de Economía del PSOE no coordina el programa, no ha sido incluido en el comité de expertos y figura en un puesto secundario en las listas electorales. Incluso se rumorea que ha pedido la readmisión en su antiguo puesto de trabajo en el entorno del Icex. Además, Sevilla compite en el área laboral con la responsable de Empleo y persona muy próxima a Pedro Sanchez, la exsecretaria de Estado de Empleo Mari Luz Rodríguez, quien ha sido la gran defensora de abolir la reforma laboral del PP. Aunque con unos vastos conocimientos de la materia, a Mari Luz se le achaca demasiado enfásis en los derechos de los trabajadores cuando todavía hay demasiados parados. O al menos eso piensan en el ala más liberal del PSOE. En la práctica, bajo la batuta de Sevilla, los socialistas han suavizado bastante la idea de dar marcha atrás a la reforma laboral del PP, hecho que que ha molestado a Mari Luz. Conforme se acercan las elecciones, la bicefalia que vive el PSOE en su dirección económica se está dilucidando a favor de Sevilla.
En claro contraste con el PP y Ciudadanos, en el haber de Sevilla de cara a las eleccciones hay que concederle que es el único que ha reconocido expresamente que todavía hay que acometer un considerable esfuerzo de consolidación fiscal y, en consecuencia, no ha prometido bajadas de impuestos. Hombre de pocas estridencias, del entorno de Solbes y con una larga carrera en los servicios técnicos del Estado, el exministro de Administraciones Públicas ha desembarcado con una pequeña cohorte de jóvenes de PricewaterhouseCoopers que colaboran a la hora de perfilar el programa y elaborar los números. Si bien el PSOE contaba con una buena cantera de economistas del mundo académico y empresarial vinculados a Miguel Sebastián, Sevilla ha cortado amarras con algunos miembros de ese grupo. No en vano, Sebastián condenó a Sevilla al ostracismo en la época de Zapatero.
En Ciudadanos, el protagonismo de Manuel Conthe ha quedado completamente diluido. Cuando se le pregunta, aduce que su firma de arbitraje marcha muy bien y que no puede vérsele involucrado en política. El caso es que Luis Garicano ha tomado la voz cantante escoltado por otros dos economistas: Toni Roldán, un joven doctorando bajo la tutela de Garicano, formado en el extranjero e hijo de dos destacados miembros del PSC con una larga carrera económica dentro de la Administración. Y Francisco de la Torre, durante algunos años portavoz y secretario general de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda, siempre una china en el zapato de Montoro y con bastante predicamento en los medios de comunicación tras haber sido un colaborador habitual. Juntos abanderan el regeneracionismo ilustrado surgido a partir de páginas web como 'Nada es Gratis' o 'No hay Derecho'. En los próximos años, tendrán el reto de pasar de las musas al teatro. Y para ello se prevé que Luis Garicano se instale definitivamente en Madrid, de ahí que circule el rumor de que pueda encontrar acomodo en alguna institución universitaria de la capital.
Por último, en Podemos también se ha operado un cambio sustancial en su cúpula económica. En su larga marcha hacia el centro gramsciano, la formación ha ido moderándose. Y ello ha implicado que prescindan de los dos economistas que confeccionaron su primer programa económico, el catedrático de la Pompeu Fabra, Vincenç Navarro, y el catedrático de la Universidad de Sevilla, Juan Torres. En lugar de confiar en ellos, la responsabilidad de las políticas económicas se ha depositado en las manos de Nacho Álvarez, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid y portavoz económico del partido de Pablo Iglesias.