La tan traída y llevada reforma de la estiba no está ni mucho menos resuelta pero los operadores de los puertos pretenden no perder la oportunidad para aprovechar la situación y plantear viejas reivindicaciones sobre un cambio más global en todo el sistema portuario español, al que consideran responsable tanto de lo que está sucediendo con los estibadores como con la pérdida de competitividad que están sufriendo algunas de las principales infraestructuras frente a sus competidores internacionales.
Aunque no se trata de un colectivo especialmente unido, por las múltiples diferencias entre ellos, las empresas que operan en los puertos coinciden en gran parte a la hora de señalar que el problema de la estiba ha puesto encima de la mesa los puntos débiles del actual sistema portuario español, con especial incidencia en el hecho de que los diferentes puertos tienen que someterse a las directrices comunes marcadas por Puertos del Estado cuando cada uno de ellos tiene sus propias particularidades.
Así, los operadores ponen como ejemplo la diferente incidencia que ha tenido la crisis de la estiba en cada una de las infraestructuras. En puertos como Algeciras y Valencia, el efecto de las medidas de presión que han llevado a cabo los estibadores para forzar a las empresas a la firma de convenios para minimizar los efectos liberalizadores de la reforma se ha dejado sentir de forma notable.
Sin ir más lejos, este martes se daba a conocer la caída del 24% del volumen de contenedores que sufrió el puerto de Valencia durante el mes de febrero en relación con el mismo mes del año anterior. Un descenso al que cabe sumar el registrado por el volumen total de mercancías movidas en Algeciras también en febrero, próximo al 11%.
En cambio, la incidencia ha sido notablemente inferior en otros puertos relevantes como Barcelona, Las Palmas o Bilbao. Una realidad que las empresas achacan a que los puertos no tienen un modelo de gestión diferenciado para cada uno de ellos, que tenga en cuenta sus circunstancias particulares y también el entorno que les rodea.
Mayor independencia para los puertos
No se trata de reivindicaciones nuevas ni de planteamientos que no se hayan puesto encima de la mesa en el pasado. Sin embargo, las actuales circunstancias han hecho que resurjan con fuerza, incluso cuestionando la figura de Puertos del Estado. Los operadores consideran que los puertos deberían depender en último término de la administración autonómica o incluso local, lo que facilitaría la adaptación a sus necesidades y permitiría adoptar una serie de decisiones, que ahora dependen de Puertos, para competir con mayor fuerza frente a los rivales internacionales que les están ganando terreno en los últimos años.
Los operadores consideran que los puertos deberían depender en último término de la administración autonómica o incluso local, lo que facilitaría la adaptación a sus necesidades
No obstante, la intención de las compañías contrasta con los planes del Gobierno, al menos a corto plazo. Tanto el Ejecutivo como Puertos del Estado están ahora plenamente centrados en el problema de la reforma de la estiba, que viene como consecuencia de una sentencia condenatoria del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de diciembre de 2014, cuyo incumplimiento puede derivar en una fuerte sanción económica para el Estado, además de convertirse en el primer caso en el que España es sancionada por hacer caso omiso de una decisión de las instancias europeas.
Por el momento, no hay otra modificación planteada. El Gobierno no se cierra a realizar cambios en el modelo, que entiende que no es perfecto, pero en ningún caso pasaría por ceder el control absoluto de los puertos a las comunidades autónomas.
Siguen las negociaciones
Los operadores consideran que el Gobierno tendrá que dar su brazo a torcer, más tarde o más temprano, especialmente si las estadísticas de tráfico y mercancías que pasan por los puertos comienzan a mostrar signos de debilidad, como estiman que puede suceder.
Mientras tanto, la reforma de la estiba es lo único que hay encima de la mesa, con una nueva reunión entre patronal, sindicatos y Gobierno este miércoles, en busca de acercar unas posiciones que, de momento, están muy alejadas en todos los casos.