Los grupos españoles de construcción y servicios Ferrovial y ACS se encuentran entre los elegidos para luchar por uno de los contratos más singulares de los últimos tiempos en Europa: la construcción de un nuevo sistema de depuración y tratamiento de aguas en el río Támesis. Las compañías españolas pujarán con británicos, franceses y estadounidenses para hacerse con un proyecto valorado en unos 2.700 millones de euros.
Thames Water, la sociedad que gestiona el tratamiento de las aguas del Támesis, ha dividido el proyecto en tres zonas (central, este y oeste) y licitará un contrato para cada una de ellas. Ferrovial ha sido seleccionado para competir por el central y por el del oeste, en el que competirá directamente con ACS. La compañía que preside Florentino Pérez también aspira a hacerse con el contrato de la zona este.
Ferrovial acude a este proceso a través de su sociedad constructora Ferrovial Agromán y de la mano de la local Laing O’Rourke, una de las principales empresas del sector en Reino Unido.
Mientras, ACS ha articulado dos bazas para intentar llevarse los dos contratos a los que aspira. Por un lado, pujará por el de la zona oeste con su cabecera de construcción Dragados, que acude aliada con el grupo coreano Samsung. Por otro lado, luchará por hacerse con el contrato de la zona oeste del río a través de su filial alemana Hochtief, que ha optado por tener como socio a la local Murphy.
Depurar 39 millones de toneladas de residuos
El contrato de la zona este, en el que competirán ambos grupos españoles, es el de menor valor económico, con un montante máximo de casi 600 millones de euros. Por el contrario, el mayor es el que corresponde a la zona central, que podría superar los 1.050 millones de euros.
El principal rival para todos es el consorcio conformado por tres grandes compañías del sector en Reino Unido: BAM Nutall, Morgan Sindall y Balfour Beatty que, además, optan a los tres contratos que hay en juego. También pujarán por algunos de los contratos las francesas Bouygues y Vinci, la estadounidense Bechtel y la austriaca Strabag.
La infraestructura, denominada Thames Tideway Tunnel, permitirá filtrar los residuos que cada año se vierten al río que atraviesa la ciudad de Londres y contribuir tanto a su limpieza como al aprovechamiento del agua.
De acuerdo con las autoridades británicas, en un año convencional llegan a depositarse en las aguas del Támesis unos 39 millones de toneladas de residuos. Con el Thames Tideway Tunnel, Londres estará preparada para depurar las aguas del Támesis durante los próximos 100 años.