Las eléctricas y los grandes de la industria de la automoción llevan más de tres años de espera para que la administración lance una normativa fundamental para el desarrollo del vehículo eléctrico en España, un nuevo negocio donde todos están focalizando gran parte de sus esfuerzos e inversiones, pero –por diferentes motivos- sigue avanzando a paso de tortuga.
El Real Decreto, atascado en el ministerio de José Manuel Soria, deberá aclarar las reglas para cargar el vehículo eléctrico y cómo las eléctricas gestionarán el aumento de la demanda energética necesaria, sobre todo en un parking de un edificio de viviendas y en las viviendas unifamiliares, un apartado que viene coleando de la estrategia del impulso del coche eléctrico que presentó el anterior ministro Miguel Sebastián, en abril de 2010. ¿Se obligará a cada consumidor a tener una infraestructura nueva sólo para el consumo del coche? ¿Valdrá el mismo contrato de la vivienda? ¿Y si el usuario de una plaza de garaje no es propietario de una vivienda en ese edificio?
“Después de todos los baches que hemos sufrido en los tres años de retraso, nos prometieron que Soria sacaría adelante el RD a primeros de año, pero nos metemos ya en el segundo trimestre y seguimos sin noticias”, se quejan fuentes conocedoras de la industria de la automoción.
Este retraso está generando más dudas acerca de cómo quedará finalmente el modelo eléctrico para poder recargar el coche eléctrico. Durante la negociación con Industria, se planteó dos grandes modelos para el suministro eléctrico en los edificios: el que defienda Endesa y el de Iberdrola. “Si se impone el de Endesa supondrá un retroceso para el sector de la automoción”, temen desde los fabricantes de coches.
Ese temor viene dado porque cada modelo tendrá un impacto en los costes para el usuario final, comunidad de propietarios, promotores y para el sistema eléctrico (vía peajes de la electricidad). Y parece que la de Endesa es la más costosa para el consumidor.
El principal punto de discordia en las negociaciones de la industria con la administración de esta nueva normativa (técnicamente es una nueva instrucción técnica complementaria -ITC-, denominada ITC BT 52 “Instalaciones con fines especiales. Infraestructura para la recarga de vehículos eléctricos”, cuya finalidad es regular la alimentación eficiente y segura de los puntos de recarga) se basaba en si las eléctricas tienen o no control de la gestión eléctrica.
Endesa quiere el control de la gestión energética y evitar que se repita el apagón de Barcelona de 2007
Endesa, la eléctrica en manos de la estatal italiana Enel, quiere evitar que se repita el famoso apagón de Barcelona del verano de 2007 y el incendio de varias subestaciones que sufrió por el pico de la demanda eléctrica generado por el boom del aire acondicionado. La compañía que preside Borja Prado entiende que de haber un aumento de demanda de energía por el aumento del uso del coche eléctrico obligaría a la eléctrica a realizar inversiones en su red.
De hecho, Endesa defiende que el coche eléctrico no es un electrodoméstico más y está a favor de que el consumidor tenga dos contratos e infraestructuras diferentes. Parte de que todos los usuarios de un edificio de viviendas aparcan y conectan sus vehículos en sus plazas de garaje de forma simultánea a partir de las 19h-20h en días laborales coincidiría con el momento de demanda pico del mercado doméstico. Ante este escenario, Endesa dice que la implementación del VE sólo tiene sentido si va acompañada de una gestión de la recarga (defiende que hay horas de sobra con margen para la recarga fuera del pico puntual doméstico); de no hacerlo, supondría un elevado grado de ineficiencia y sobrecostes.
Iberdrola, a favor de que el usuario tenga el mismo contrato de luz para el coche y para la casa
Por el contrario, Iberdrola, junto a los grandes fabricantes de coches, defienden que un mayor control de la eléctrica obliga a un mayor coste de la infraestructura para el consumidor y abogan por la flexibilidad. Por ejemplo, Iberdrola está a favor de que un usuario pueda tener el mismo contrato eléctrico para su casa y su coche si vive en un edificio, de modo que no tenga que pagar dos contratos, con dos términos de potencia cada mes; o si lo prefiere, que tenga un contrato específico para su vehículo eléctrico, pero que pueda contratar con quien quiera el suministro, y no que exista un suministrador único para todo el garaje.
Varios borradores y mucha presión
Por ahora, Industria ha diseñado varios borradores; pero el último conocido, el que envió a Bruselas el pasado en junio de 2013, va en línea con las peticiones de Endesa, que según fuentes del sector. “Fue una sorpresa para todos, porque dos meses antes, en el borrador anterior, el Gobierno se decantaba por un escenario más amplio”, dicen en el sector de la automoción.
Tras esta sorpresa, lobbies y grandes empresas del motor han intentado desde entonces pararlo y tratan de que la solución sea ofrecer cuantas más soluciones y escenarios mejor para que cada uno pueda elegir con mayor amplitud.
“Desconocemos qué hará finalmente el Gobierno pero parece que Soria ha rectificado y se decantará por eliminar el modelo de Endesa”, dicen fuentes conocedoras.
Más retrasos en medio de todo el lío eléctrico
Es cierto que la propia crisis, el precio de los vehículos eléctricos (un 30% superior aproximadamente), la no continuidad de las ayudas públicas (el Gobierno lanza paquetes de 10 millones en 10 millones creando incertidumbre en los plazos; por ejemplo, las ayudas de este año aún no han salido y podrían hacerlo en un par de meses, según explicó este miércoles Manuel Valle, director general de la Pyme) y, en general, una autonomía limitada del vehículo (de entre 140 y 200 kilómetros, que en principio parece suficiente para la gran mayoría) están dificultando el desarrollo del coche eléctrico.
Pero las dificultades crecen a falta de esta normativa, atascada en Industria, que impide que las marcas se vuelquen de verdad en el desarrollo del coche eléctrico. “Sabemos que no podemos vender coches eléctricos sin hacer una gran campaña de comunicación: el coche eléctrico exige un cambio de mentalidad en los consumidores similar a los inicios de la telefonía móvil; pero sin tener la normativa, no hay campaña”, dicen en el sector.
"El coche eléctrico exige un cambio de mentalidad en los consumidores similar a los inicios de la telefonía móvil; pero sin tener la normativa, no hay campaña
Además de esta normativa, en el sector se quejan también de que falta un plan director sobre las infraestructuras públicas de recarga o terminar de definir la figura del “gestor de carga”, creada para la venta de electricidad para recargar el vehículo eléctrico. Este último está a su vez lastrando el desarrollo de cargadores en espacios de uso público, por ejemplo, en parkings de hoteles, restaurantes... “¡Todo pendiente de firma!”, se quejan.