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Olivas asegura que MAFO forzó la integración de Bancaja en Bankia

El expresidente de la entidad declara ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que aceptó la propuesta del exgobernador del Banco de España por la amenaza de una inspección y de que pudiera ser intervenida.

  • El expresidente de Bankia Rodrigo Rato (izda) junto al exvicepresidente José Luis Olivas, en una fotografía de archivo.

El expresidente de Bancaja José Luis Olivas ha coincidido con el expresidente de Bankia Rodrigo Rato en que el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez le conminó en 2010 a integrar esta entidad en Bankia y ha añadido que lo aceptó por la amenaza de que pudiera ser intervenida. Así lo ha manifestado Olivas durante su declaración como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que se ha prolongado durante una hora, en la que ha detallado que el 2 de junio se reunió con Fernández Ordóñez, quien le instó a la integración para calmar además los mercados, han informado fuentes jurídicas.

De esta forma, Olivas ha corroborado lo manifestado por Rato durante su comparecencia en el Congreso el pasado mes de julio, cuando además detalló que ese día, Fernández Ordóñez, "que conocía con detalle la situación de las cajas", le llamó a su despacho y allí estaba el que después se convertiría en el vicepresidente ejecutivo de Bankia. Durante la reunión, ha explicado Olivas, a la que también asistió el entonces subgobernador del organismo regulador, Francisco Javier de Aríztegui, invitaron a Rato e instaron a ambos a que debían alcanzar un acuerdo.

Olivas, que en una primera reunión se negó a esta integración porque las cuentas de Bancaja estaban perfectamente saneadas y habían arrojado beneficios en 2009, ha subrayado ante Andreu que el motivo que le llevó a aceptar fue la amenaza de una inspección y de que la caja pudiera ser intervenida. "El regulador tiene mucho poder", ha puntualizado al magistrado cuando le ha insistido por las consecuencias que podrían acarrearle el no aceptar la integración.

Olivas ha defendido también que el Banco de Valencia, propiedad de Bancaja, no fue un problema cuantitativo para BFA, pues sus activos eran muy pequeños, y ha incidido en que el 1 de septiembre de 2011, dos meses antes de que fuera intervenido, se hizo un plan de saneamiento que contempló un incremento de capital y que contó con el visto bueno del supervisor. Por ello le sorprendió enterarse por la radio de la intervención, que se produjo el 21 de noviembre, y decidió ese mismo día dimitir para evitar el desprestigio de la misma. Olivas ha hecho estas afirmaciones después de que el ministro de Economía, Luis De Guindos, haya anunciado este miércoles que el Banco de España está investigando la gestión realizada en el Banco de Valencia antes de su nacionalización para abrir un expediente disciplinario a la entidad en caso de detectar irregularidades. Olivas ha defendido que el peso que tenía Bancaja en el grupo BFA-Bankia no se podía modificar alegando que el porcentaje fue fijado por informes de consultores externos y ya estaba cerrado el proceso.

Declaración de Verdú

Este miércoles también ha declarado ante el juez Andreu el exconsejero delegado de Bankia Francisco Verdú, que ha reconocido que el balance de la entidad estaba muy volcado en el sector inmobiliario-promotor y que desde el primer momento figuró entre sus principales retos solucionar los problemas de liquidez del grupo. Según las fuentes consultadas, el expresidente de Bankia Rodrigo Rato le fichó como primer ejecutivo para solucionar los problemas de liquidez y de mora, reforzar el capital e implantar planes de eficiencia y ahorro en una entidad financiera con una elevada exposición inmobiliaria.

Verdú ha indicado que Deloitte, la auditora del grupo bancario, dejó en marzo de este año pendiente de aprobación las primeras cuentas del ejercicio 2011 debido a flecos con unos créditos fiscales de BFA, matriz de Bankia. En cuanto a la reformulación de cuentas, ha dicho que el consejo de administración de 25 de mayo de este año, en el que se pidió la dimisión de todo el equipo anterior menos la suya, fue tenso y justificó los cambios por el deterioro de la economía y los cambios contables forzados por la nueva normativa financiera aprobada por el Gobierno.

El nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, justificó ante Verdú el cambio en el criterio para elaborar las cuentas en que era necesario hacer una saneamiento serio y ambicioso de una sola vez. Los primeros resultados financieros del ejercicio 2011 presentados por Bankia arrojaron un beneficio en 2011 de 309 millones de euros, que tras la reformulación pasaron a unas pérdidas de 2.979 millones.

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