Enresa, la empresa pública encargada de desarrollar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares, aún no sabe ni siquiera quién va a realizar los nuevos sondeos sobre los terrenos de Villar de Cañas (Cuenca), cuya idoneidad se ha puesto en tela de juicio por varios informes anteriores y por el propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Se da la paradoja de que fue el propio supervisor el que pidió hace meses a Enresa estos nuevos sondeos para “la caracterización geotécnica” y el “análisis hidrogeológico” de los suelos ante las grandes deficiencias que presentaban y que, sorprendentemente, ha dado la autorización previa para ponerlo en marcha sin que se hayan realizado.
Expertos del sector, organizaciones ecologistas, Gobierno de Castilla-La Mancha y la consejera del CSN, Cristina Narbona, entre otros, han criticado el plácet dado a Enresa sin que ni siquiera esté adjudicado el contrato de 1,17 millones de euros para la realización de unos sondeos que en el propio escrito de licitación están previstos para su inicio en septiembre con una duración de ocho meses.
El Gobierno y el CSN se han apresurado a dar el plácet al ATC y Enresa se ha quedado atrás: el concurso podría quedarse desierto por segunda vez
Consideran todos ellos que el Pleno del CSN ha actuado con excesivas prisas presionado por el Gobierno para que el cementerio nuclear eche a andar antes de que se celebren las elecciones generales. “Lo lógico hubiera sido que la autorización previa se diese después de que el CSN supervisase estos nuevos sondeos si estos fueran favorables”, señala una fuente.
Pero el supervisor nuclear se ha adelantado a la propia Enresa. Basta con echar un vistazo al apartado Perfil del Contratante de la web de la compañía estatal para comprobar que el plazo de presentación de ofertas termina el próximo 18 de agosto.
El "Servicio para la caracterización geotécnica dinámica para los estudios de interacción terreno-estructura de la Instalación Nuclear y complemento del análisis hidrogeológico en el ATC" que está en proceso de licitación debería comenzar este mismo septiembre, menos de dos semanas después de que se presenten las ofertas.
Los plazos son tan apretados que las fuentes consultadas consideran que los sondeos no van a comenzar en septiembre y, es más, dudan de que finalmente el contrato se adjudique.
De hecho, este mismo concurso ya se convocó en marzo, pero quedó desierto en junio porque ninguna empresa se presentó. Las fuentes consultadas dudan también de que haya ofertas en esta segunda convocatoria.
Si Enresa consigue adjudicar el contrato, los informes no estarán terminados hasta abril cuando el ATC podría tener ya la Declaración de Impacto Ambiental favorable
La licitación prevé la realización de sondeos de hasta 200 metros de profundidad, frente a los 75 metros iniciales. Los informes del CSN y de los geólogos señalan que “el suelo es inestable, formado por yesos, arcillas expansivas y formaciones kársticas” que se “hinchan con el agua” y “pueden tener cuevas de profundidad”.
La propia Narbona recordó, en su voto particular contra la decisión del CSN, que “muchos de los informes técnicos de evaluación y notas informativas elaboradas por varias áreas de la Dirección Técnica de Seguridad Nuclear (DSN) del CSN alertan con claridad sobre la mala calidad de los terrenos de la parcela escogida en el municipio de Villar de Cañas para albergar un ATC”.
De ahí que los nuevos sondeos aún no licitados serán vitales para confirmar que los terrenos no son los idóneos o, en su caso, que las cimentaciones y estructuras necesarias tendrán que ser más profundas y dispararán el presupuesto, que inicialmente ronda los 1.000 millones de euros.