Las expectativas de Iberia Express, la nueva low cost española lanzada en marzo, van in crescendo: de 11 aviones que posee, quiere llegar a 40 en 2014. Y ese año, quiere doblar su plantilla, hasta llegar a los 1.000 trabajadores frente a los 500 que teóricamente tiene ahora (las intenciones manifestadas por la empresa eran alcanzar esa cifra en el presente ejercicio). Nada que ver con el futuro de Iberia, la casa madre y buque insignia, aún, de las aerolíneas españolas, que perdió 263 millones de euros en el primer semestre de este año y que ha avisado de que habrá despidos masivos para sus 20.000 empleados. ¿Se impone el modelo de volar barato en Iberia?
Difícilmente puede sacarse esa conclusión ahora, cuando Iberia Express acaba de cancelar cuatro destinos extranjeros y tres nacionales, siempre con salida en el aeropuerto madrileño de Barajas. Se trata prácticamente de la mitad de los trayectos ofertados hasta ahora, unos 15; no obstante, la empresa acaba de añadir algunas rutas otoñales, como Berlín, Fráncfort y Düsseldorf (Alemania), Copenhague (Dinamarca) y Estocolmo (Suecia).
En España, dos de esos vuelos conectaban la capital con Menorca e Ibiza, consideradas “rutas estivales” por parte de la compañía, según informó el portal Preferente.com la semana pasada. Otra ruta que se suprimió fue la de Madrid-Santiago de Compostela, como publicó, a su vez, la agencia Efe. Por su parte, los vuelos eliminados hacia el extranjero fueron los de Mikonos (Grecia), Riga (Letonia) y Edimburgo (Escocia).
Buenos rendimientos
Fuentes del sector puntualizan que el algún cambio de ruta durante la transición estacional es normal en las aerolíneas, si bien “no lo es tanto si esto ocurre en una compañía –o filial- de reciente creación que cambia tantos destinos”, como Iberia Express. No obstante, Iberia celebra los rendimientos que está dando su low cost, que ha conseguido comer terreno en Barajas a otras aerolíneas de bajo coste como Easyjet o Ryanair, que protagoniza estos días un enfrentamiento sin precedentes con el Ministerio de Fomento. Por otro lado, las pérdidas en la matriz, Iberia, y el recorte exigido por British Airways, socia de la española en el holding IAG están percutiendo los tambores de guerra en la compañía entre los sindicatos –incluido el de pilotos Sepla- y la dirección.