El financiero Juan Abelló ha dado un nuevo giro a sus inversiones, de las que por ahora ha apartado a compañías que coticen en Bolsa, al menos en la española. Atrás quedaron sus participaciones en Sacyr, Bolsas y Mercados Españoles, entre otras, cuyas ventas llevaron a Abelló a anotarse cuantiosas pérdidas. En la cartera están ahora presentes compañías como el gestor de aparcamientos Saba y el fabricante ferroviario Talgo, sin duda una de sus apuestas más llamativas.
La pasada primavera trascendió que Abelló había tomado una participación en la compañía controlada por los Oriol aunque no se especificó el porcentaje que había tomado en el capital de la empresa. Pues bien, el financiero adquirió un 4,5% de Pegaso, el holding a través del que los accionistas de Talgo participan indirectamente en la empresa.
La toma de esta participación le ha permitido contar con un puesto en el consejo de administración de Talgo, que ocupa su hijo Cristian Abelló Gamazo.
Talgo, que estudió seriamente su salida a Bolsa en los últimos años aunque finalmente no dio el paso, es una de las empresas de moda, especialmente como accionista de peso del consorcio adjudicatario del contrato de la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina (Arabia Saudí), en el que cuenta con una participación de algo más del 16%.
Cuantiosas reservas
El papel de la empresa en el consorcio es el de suministrador de los convoyes, un total de 35 en una primera etapa, que posteriormente podría ampliarse. Por esta operación, Talgo facturará 1.600 millones de euros.
Mientras, Saba es una de las compañías gestoras de aparcamientos que puja por hacerse con los parkings de las principales estaciones de ferrocarril presentes en España.
En el último informe de gestión de Torreal se destaca que la fortaleza de la sociedad está en sus reservas y fondos propios, que al cierre del pasado ejercicio suman algo más de 1.000 millones de euros, con los que se afrontarán “futuras inversiones”.