"Los portugueses nos van a echar del mercado". La frase, pronunciada en privado por el máximo responsable de una de las grandes eléctricas españolas, resume uno de los temores que sobrevuelan en algunas de las compañías del sector: que la denominada reforma energética, la batería de impuestos que ha anunciado el Gobierno para tratar de tapar el enorme agujero del déficit de tarifa eléctrico, acabe beneficiando a las centrales portuguesas y, especialmente, a las de gas, que son las que más fácilmente pueden integrarse en el mercado ibérico de electricidad.
Al funcionar las bolsas eléctricas de España y Portugal como un único mercado, las centrales de ciclo combinado ubicadas en territorio luso pueden contar con una ventaja competitiva con respecto a las españolas.
Desde enero, estas van a soportar la tasa del 6% que se impondrá a todas las tecnologías de generación y, además, deberán sufragar el denominado céntimo verde al gas natural, con el que el Gobierno espera recaudar entre 793 y 936 millones de euros el año que viene, en función de cómo se comporte la demanda.
El sobrecoste para los ciclos combinados con el céntimo verde será del 8%, según el Gobierno
Los ciclos combinados, que utilizan gas para producir electricidad, pueden arrancarse y pararse rápidamente, por lo que son extremadamente flexibles para atender la demanda. Sólo con el denominado céntimo verde a esta materia prima, estas centrales van a tener un sobrecoste del 8%, según recoge la memoria económica del proyecto de ley de Medidas para la Sostenibilidad Energética remitido la semana pasada por los ministerios de Industria y Hacienda a las Cortes.
Las plantas españolas deberán internalizar esos impuestos en sus costes. "Las centrales portugueses serán más competitivas y rentables", explican fuentes del sector, que añaden que la ventaja para las plantas lusas podría suponer una distorsión en la competencia.
La primera consecuencia sería que la infrautilización de los ciclos combinados (en España sobran muchos megavatios) se agravaría. Y algunas fuentes del sector apuntan que, aunque lo más probable es que las plantas portuguesas aprovechen para elevar los precios y situarlos cerca de los de las españolas, podría darse un abaratamiento de precios. "Puede ocurrir que desde España exportemos menos electricidad, con lo que podría producirse un descenso", apuntan.
En cualquier caso, la gran beneficiada sería Energias de Portugal (EdP), propietaria de HC Energía en España. A cierre de 2011, la eléctrica lusa (de la que Iberdrola aún controla un 6,8%) tenía 2.039 megavatios (MW) instalados en centrales de gas en Portugal, lo que supone un 43,5% de la potencia con la que cuenta esta tecnología en el país vecino. Endesa también podría sacar provecho, ya que es un operador relevante al otro lado de la frontera, con más de 1.400 MW instalados, de los que buena parte (851 MW) corresponden a dos grupos de gas en Abrantes.
Actualmente, en torno al 20% de la energía que se negocia en el mercado ibérico de electricidad es de origen portugués, según datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (Omie). Portugal, hundido en la recesión, registró el año pasado una caída de la demanda eléctrica del 2,3%.