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La banca trasladará 40.000 millones de suelo rústico al 'banco malo'

Actualmente, casi el 25% de toda la cartera problemática del sector, cifrada en 175.000 millones, corresponde a suelo rústico, según los estudios de diversas entidades financieras.

De todos los activos tóxicos inmobiliarios de la banca, el suelo está siendo el de más difícil digestión. Y, en especial, el rústico cuyo valor, en estos momentos, se aproxima a cero. Actualmente, casi el 25% de toda la cartera problemática del sector, cifrada en 175.000 millones, corresponde a suelo rústico, según los estudios de diversas entidades financieras. Alrededor de 40.000 millones que están concentrados, en su mayoría, en los balances de los bancos de las antiguas cajas de ahorros.

"De la escasa demanda que hay de suelo, para el rústico es inexistente", admiten desde un banco de inversión. La única salida para aparcar este tipo de activo y sacarlo del balance se articula alrededor del 'banco malo' o de los vehículos inmobiliarios, como ha decidido bautizarlo el ministro Luis de Guindos, que proyecta el Gobierno a corto plazo para relajar la presión que sufre el sector financiero español, tanto a nivel de financiación como de castigo bursátil.

Según el proyecto que prepara Economía, con el apoyo del Banco de España y de otros expertos independientes, estos vehículos o sociedades inmobiliarias recibirían los activos tóxicos, debidamente provisionados por el nuevo decreto (el 80% en el caso del suelo), de más díficil salida que se irán liquidando a lo largo de los diez próximos años. En principio, la adscripción a estas sociedades inmobiliarias será voluntaria por parte de las entidades y no estará controlada individualmente por ninguna de ellas.

El número total de sociedades, así como su financiación, aún falta por definirse. Desde el sector se perfila que se crearán varias sociedades inmobiliarias, dependiendo del tipo de activos que se traspasen: suelo, viviendas en construcción o promociones terminadas en las que participarían las diferentes entidades y para las que se trataría también de incorporar inversores. Se prefiere esa fórmula de unas pocas sociedades conjuntas en lugar de crear una para cada entidad, opción que parece descartada.

Posible financiación europea

En cuanto a la financiación, desde Economía se reitera que no existirán ayudas públicas y, por tanto, no se generará ni déficit ni deuda pública. Esa tesis parece anular la opción de una emisión de deuda. Entre las posibles soluciones que se barajan se encuentran acudir a la hucha Europea del Fondo Europeo de Estabilización Financiera.

Los bancos cederán la gestión y el control de las sociedades a expertos que valorarán los activos. Si los tasan al precio que figura en los libros del banco, es decir, con el descuento que supone la provisión, no habrá problemas. La entidad se desprende del bien y libera el riesgo que suponía, con lo que le dejará de consumir capital y podrá conceder préstamos a sus clientes. Al menos, en teoría.

Sin embargo, en las entidades empiezan a hacer ya cálculos del precio que pueden llegar a pagar por esta operación puesto que la valoración a precio de mercado de los activos implicará, en la mayoría de los casos, minusvalías frente a las dotaciones hechas. Esta situación podría llevar al rojo a determinadas entidades, puesto que la diferencia entre las provisiones ya constituidas y las que obligue el mercado tendrán que cargarse contra la cuenta de resultados. Según diversos analistas y bancos de inversión, la factura podría alcanzar otros 50.000 millones que sumar a los 53.000 millones ya provisionado por el Plan de Guindos.

Parte de estas minusvalías podrían compensarse con el capital liberado de la salida de los activos tóxicos de los balances. Sin embargo, habrá entidades que necesiten más necesidad de provisiones que tendrán que financiar por alguna vía. Una de las opciones que hay sobre la mesa es que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) inyecte capital a las entidades que necesiten fondos con un retorno anual a precio de mercado. Sin embargo, esta posibilidad podría tener difícil encaje en Bruselas, donde se está examinando al milímetro cualquier decisión adoptada alrededor del sistema financiero español. De hecho, Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia, aseguró ayer que su departamento "está intentando ver los derivados del FROB 2 y 3".

En el sector se asegura que este proyecto de sociedades inmobiliarias que maneja De Guindos fue propuesto por la banca, el pasado diciembre, mediante la patronal AEB. Como ahora, los bancos defendían entonces que el proceso fuera voluntario.

"Los bancos conocerán el proyecto en su totalidad cuando esté definido completamente", explican fuentes gubernamentales que aseguran que De Guindos no quiere dilatar el calendario de implantación de estos vehículos. "Estará pronto", aseveran.

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