Todo apunta a que la salida de Francisco García Paramés de Bestinver terminará en los tribunales. Transcurrido más de un mes desde que el gestor presentara su dimisión, la cláusula de la discordia, la relativa a que el ‘Warren Buffet europeo’ no puede crear una firma que haga competencia a Bestinver durante dos años, lejos de arreglarse, se ha convertido en un caballo de batalla que se prevé insalvable.
El último episodio ocurrió ayer, cuando el presidente de Bestinver, Luis Rivera, remitió una carta de advertencia a Paramés en la que, “a la vista de sus intenciones, declaradas en su nota de prensa, así como de los contactos que mantiene con distintos inversores nacionales e internacionales para llevar a cabo un nuevo proyecto profesional similar al desarrollado en Bestinver”, le exige el “leal” y “estricto” cumplimiento de los contratos suscritos y de “las obligaciones de ellos derivados y, en particular, de la obligación que le incumbe de abstenerse de competir o perjudicar los intereses de la empresa (y de sus inversores y clientes) durante el plazo de dos años desde la extinción efectiva de la relación”.
En la misiva, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, Bestinver advierte a Paramés “de las responsabilidades de diferente índole que acarrea el incumplimiento unilateral de dichas obligaciones” y se reserva “expresamente todas las acciones judiciales y extrajudiciales”. De esta forma, la firma propiedad de Acciona amenaza con llevarle a los tribunales si no cesa en su empeño de crear una nueva gestora.
“Si es cierta la noticia de que Paramés ya se ha reunido con diversos inversores institucionales, ya estaría incumpliendo su contrato y habría conflicto”
Más aún, fuentes de Bestinver avisan de que “si es cierta la noticia que está apareciendo en los medios de que Paramés ya se ha reunido con diversos inversores institucionales (en su carta Rivera lo da como un hecho), ya estaría incumpliendo su contrato y habría conflicto”. Este punto no lo señala explícitamente Rivera en la carta, aunque estaría contenido entre las obligaciones, en general, a que hace referencia.
El gestor gallego, de momento, continúa con esta ronda de contactos y a principios de octubre, como adelantó este diario, creó la sociedad Ferreoli Invest. En principio, prevé utilizarla para su patrimonio personal, aunque no descarta que se convierta en un futuro próximo en el vehículo sobre el que desarrollar su proyecto.
Desde la gestora abundan en que “la única posición” de la compañía es que "el contrato está para cumplirse” y subrayan que “el pacto de no competencia, establecido para actuar después de haberse extinguido el contrato de trabajo, tiene como objetivo principal evitar que un trabajador pueda trasladar conocimientos específicos y relevantes adquiridos en la empresa que abandona a otra empresa potencialmente competidora, afectando a su propiedad intelectual, su estrategia empresarial o su cartera de clientes, con un daño desproporcionado al derivado de la mera extinción de la relación laboral”.
La respuesta de Paramés es meridiana: “Tengo intención de cumplir el contrato a rajatabla y si hay algún punto de desacuerdo trataremos de negociarlo, y en el caso de ponernos de acuerdo, tendrá que intervenir un tercero que determinará la solución”.
Bestinver, sin embargo, no está por la labor de negociar porque, insiste, “hay un contrato firmado” que establece “obligaciones para ambas partes, y ello supone igualmente que no puede ser modificado o extinguirse por voluntad unilateral de una de ellas, según ha establecido el Tribunal Supremo”.
Bestinver asegura que “la idea de que Paramés puede ‘comprar’ su salida no es real”
La gestora asegura, además, que “la idea de que Paramés puede ‘comprar’ su salida no es real”. Es éste precisamente el punto más polémico. Porque el exdirector de Inversiones de Bestinver afirma que la cláusula de no competencia, recogida en el artículo 10 del contrato, contempla una penalización con la que quedaría anulada. Un extremo que ahora desde la gestora desmienten.
Desde el entorno de Paramés aseguran, sin embargo, que el pasado 22 de septiembre Bestinver acusó recibo de la dimisión del gestor, presentada el día 19, a través de una carta en la que le señalan, entre otros aspectos, que la compensación que el gestor deberá pagar a la firma, en el caso de que éste desarrolle un proyecto que suponga competencia, asciende a 31 millones de euros. De ellos, 15 millones corresponden a la propia cláusula y otros 16 millones por daños y perjuicios.
Pero Paramés no está dispuesto –al menos hasta ahora- a llegar a esta cantidad, en su opinión, “abusiva”. Su propuesta alcanza los 10 millones de euros. En su círculo están tranquilos, puesto que ir a juicio “no le impedirá continuar” con sus planes de crear –o comprar- una gestora, señalan. Al menos hasta mientras no haya una sentencia en contra.
En el fondo de la disputa se halla la incertidumbre que se cierne sobre Bestinver desde la abrupta salida de Paramés. Los reembolsos y traspasos se han sucedido en las últimas semanas y la gestora ha implementado una estrategia para contrarrestar estas salidas. Ha fichado a Beltrán de la Lastra, procedente de JP Morgan, como nuevo director de Inversiones, y a Ricardo Cañete, de Mutuactivos, como responsable de renta ibérica. Habrá más contrataciones en las próximas semanas. Con ello pretende fortalecer sus estructuras para tratar de recuperar los clientes perdidos y evitar la huida de fondistas que teme el mercado cuando Paramés ponga en marcha su propia gestora.