La situación de los mercados, con el misterio sobre la política de Donald Trump, los temores inflacionistas, el riesgo de una subida de tipos de interés más rápido de lo previsto por el mercado y las dudas sobre la evolución de la economía china, podría resumirse en cuatro clásicos cuentos infantiles que conviene recordar, según el banco privado suizo Julius Baer.
El cuento de la lechera
La pequeña lechera creó un mundo de fantasía con todo lo que podría ir comprando sucesivamente a partir de la venta del blanco líquido de su cántaro. Pero cuando éste se rompió, se dio cuenta de que no tenía nada de lo que había imaginado, ni siquiera la leche. Algo parecido podría ocurrir con la victoria de Donald Trump y el supuesto impulso que daría a la economía americana.
Pero “no todo era tan malo antes ni todo es tan bueno ahora”, advierte Pelayo Gil-Turner, director de Gestión de Julius Baer Iberia. La presidencia de Trump ha creado altas dosis de expectación entre los inversores, que han querido ver en el nuevo presidente norteamericano un catalizador para el crecimiento de la economía de Estados Unidos. “La dificultad es saber el impacto real de sus medidas y cuantificarlas”, señala Gil-Turner, para quien únicamente en el terreno fiscal se puede vislumbrar un impacto claramente positivo a corto plazo.
Además, la capa proteccionista con que Trump está impregnando su discurso político puede tener a su propio país como el principal damnificado, si finalmente aplica políticas de calado con este sesgo. “El mayor beneficiario de la globalización desde 1950 ha sido EEUU y los más perjudicados serían ellos”, recuerda el director de Gestión de Julius Baer Iberia.
El traje nuevo del emperador
Si el emperador creía ir vestido cuando todo el mundo podía ver que, en realidad, estaba desnudo, con la inflación pasa algo parecido. Todo el mundo ha estado pendiente de un entorno deflacionista hasta que el rebote del precio del petróleo y los datos macroeconómicos positivos de EEUU han ido confirmando que el escenario es el contrario, como la Reserva Federal norteamericana confirmó con su segunda subida de tipos de interés del pasado mes de diciembre.
Si a esto se añade la presión que las medidas fiscales y el programa de infraestructuras prometido por Donald Trump pueden introducir en la economía norteamericana (en pleno empleo y con una paulatina subida de salarios), el riesgo de un repunte de los precios más rápido del esperado por el mercado es un riesgo a vigilar atentamente, a juicio de los estrategas de Julius Baer,
Una situación similar se produce en Europa y China, donde las presiones inflacionistas también son palpables.
Pedro y el lobo
Tanto jugaba Pedro a advertir a sus vecinos que el lobo estaba al acecho que cuando vino de verdad nadie le creyó. Y tanto se ha hablado del incremento de los tipos de interés que -ahora que las medidas de Trump pueden ser un catalizador para su alza más rápido de lo previsto- pueden pillar desprevenidos a los inversores, sobre todo a aquellos más conservadores que buscaron refugio en los activos supuestamente sin riesgo o aquellos incluso con rendimientos negativos.
En Julius Baer están convencidos de que el proceso de normalización de tipos de interés es imparable, a pesar de que entre la primera subida por parte de la FED y la segunda, realizada a finales de 2016, ha transcurrido un año. Y no porque los bancos centrales se hayan quedado sin herramientas de política monetaria a su disposición. El consenso de mercado ha asumido el nuevo escenario, pero quizá no ha calibrado de manera realista la velocidad que podría tomar esta subida de tipos, con el consiguiente riesgo.
Un riesgo que también es palpable en Europa, donde el anuncio de la reducción del volumen de compras de activos del BCE a partir de marzo de este año es claramente el inicio del tapering europeo, aunque los inversores sean aún reacios a creérselo, a juicio de Pelayo Gil-Turner.
China, por su parte, ha pasado de exportar deflación a trasladar inflación al resto del mundo, mediante su cambio de modelo productivo, basado en el consumo interno.
El patito feo
Precisamente el gigante asiático es el protagonista del cuento del patito feo, que de mayor se convierte en un hermoso cisne ante el asombro de quienes pensaban que nunca cambiaría. Algo parecido ocurre con China, inmersa en la transición hacia la economía de mercado y donde se sigue esperando una recesión en cualquier momento ya que, como recuerda el director de Gestión de Julius Baer Iberia, ningún país ha conseguido realizar esta transición de forma tranquila. “Sería la primera vez”, subraya. Y que China se convierta en el cisne, por tanto, toda una sorpresa.
Pero la situación de encapsulamiento en que encuentra la economía china ofrece margen para compensar cualquier inestabilidad a medio plazo, a pesar del crecimiento de la deuda privada y la reducción de sus reservas de divisas para defender el yuan.
Con este escenario, y sin perder de vista el riesgo político de Europa y el inicio de la negociación del Brexit, en Julius Baer recomiendan centrarse en la renta variable europea por las valoraciones más atractivas que ofrece frente a la de EEUU. En renta fija, prefieren apostar por el crédito, sobre todo la deuda corporativa híbrida y los bonos de países emergentes denominados en divisas fuertes, como el dólar.
Valores del sector financiero, como Bankia o AXA; del sector farmacéutico, como Novo Nordisk, Roche o Sanofi; de consumo, como Swatch o Michael Kors: o industriales como la francesa GTP son algunos de los nombres que incluyen en su cartera en el banco suizo, donde también destacan a la española Naturhouse.