La disputa que se producirá entre Marie Le Penn y Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas ha permitido insuflar optimismo entre los inversores. El riesgo de que una formación euroescéptica tuviera opciones reales de alcanzar el Palacio del Elíseo se ha difuminado por la alta participación de ciudadanos que fueron a votar este domingo (78%). La probabilidad de que el duelo se hubiera producido entre los candidatos más extremistas había elevado la sensación de temor durante la última semana.
Y esta es la razón por la que las principales gestoras internacionales consideran que el riesgo de ruptura del proyecto europeo e incluso del euro está mucho más lejos ahora, pero sin olvidar que las dudas siguen latentes. "Una victoria de Macron el 7 de mayo no será ni el final de las tendencias euroescépticas en todo el continente ni ningún tipo de garantía para un gobierno estable y funcional en Francia, dada la incertidumbre que rodea a las elecciones parlamentarias", señalan en Lombard Odier. "El panorama político francés está claramente cambiado y las tensiones parecen surgir dentro de los dos partidos tradicionales, después de los resultados de la primera ronda. Pero vemos estos como un riesgo mucho más manejable que el riesgo existencial que un referendum de pertenencia al euro podría provocar", concluyen.
Todas las miradas se posan ahora en el que podría ser el presidente de la República francesa más jóven desde Napoleón Bonaparte. Pero ¿qué posibilidades reales tendría de conformar un gobierno y aplicar su programa electoral? "Si Macron fuese elegido el 7 de mayo, la clave residiría en qué mayoría, si se diese, resultaría de las elecciones parlamentarias de junio. Si dejamos de lado cualquier consideración política, la hipótesis más optimista para los mercados probablemente sería una mayoría de centro derecha, que puede asegurar el programa de reformas corte liberal de Macron", explica Didier Saint-Georges, miembro de comité de investión de Carmignac.
Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors, advierte de que "no es seguro que el impulso de la victoria de Macron sea suficiente para darle un gobierno de mayoría". "Una cohabitación, que no debe excluirse, o las mayorías reunidas en torno a proyectos específicos, dificultarían considerablemente la ambición reformista de Macron y frenarían el impulso que quiere darle al proyecto europeo", concluye el experto.
"Un presidente europeista podría propiciar una apreciación del euro y un aumento de los rendimientos de la deuda de los países núcleo en Europa. La victoría de Macron fomentaría un contexto de predisposición al riesgo", aseguran en Brandywine Global, filial de Legg Mason especializada en activos de renta fija.
La falta de experiencia del candidato centrista y de una estructura de partido sólida son también puntos de preocupación para las gestoras. "Los resultados de las elecciones han reforzado nuestra confianza de que Francia tendrá un presidente a favor de las reformas por primera vez", explica Stefan Kreuzkamp, director de inversiones de Deutsche Asset Management, para quien la falta precisamente de un partido consolidado significa que la presidencia de Macron entraría en un "territorio inexporado".
Algunos analistas no están muy convencidos con la posibilidad de que el programa político de Macron sirva para sacar de su ensimismamiento a la economía francesa. "Ni el programa económico de Le Penn ni el de Macron servirán para afrontar adecudamente los problemas estructurales y de competitividad subyacentes de la economía", apunta Andrew Belshaw, director de inversiones de Western Asset, filial de Legg Mason.
Para otros expertos, en cambio, sí que pueden tener un efecto positivo. Vincent Durel, gestor del fondo Fidelity Funds France Fund, señala que el programa económico de Macron se centra sobre todo en mejorar la productividad de la economía mediante una rebaja duradera de las cargas sociales, reducir el déficit público, impulsar el crecimiento y fomentar el emprendimiento a través de una política fiscal favorable. Previsiblemente, estas medidas deberían incidir positivamente en las perspectivas de la economía francesa, así como en la confianza de los empresarios y los consumidores. Sin embargo, este escenario positivo depende de la victoria en la segunda vuelta, y de la obtención de una mayoría estable durante las elecciones legislativas".