Economía

La 'ruina' de un coche con gas eficiente: un depósito es ahora casi cuatro veces más caro

Los pequeños distribuidores señalan que muchos clientes prefieren circular con combustibles tradicionales por ser ahora más económico y esto supone la sentencia del gas natural comprimido (GNC) en el mundo de la automoción

El gas natural comprimido (GNC) se convirtió en un producto muy atractivo para los conductores por su bajo precio. Desde su lanzamiento, ha presumido de bajos precios, con un coste medio de 80 céntimos por kilogramo. Ahora, con la guerra en Ucrania y la inflación, esto ha cambiado: esta misma semana, en una sola noche, el precio ha subido en 80 céntimos, lo que implica un aumento en apenas tres meses de un 350%. Naturgy, ahora comercializa este producto en sus 'gasineras' a 2,84 €/kg.

Esto es la segunda vez que ocurre este año. En enero, el precio del GNC también subió de forma abrupta en tan solo cuatro días: el 5 de enero, su precio medio era de 1,22 €/kg y pasó a costar el 9 de enero 1,92 €/kg. Pese a estar dentro del plan de bonificaciones del Gobierno para aliviar el precio de los combustibles, los 20 céntimos por kg saben a poco.

Esta subida tan abrupta de los precios hace que el GNC haya perdido competitividad frente a la gasolina o el diésel. Ahora, hacer 100 kilómetros con un coche de gas natural comprimido cuesta cuatro veces más que hace un año. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, este gas era el combustible que mejor coste por kilómetro ofrecía en 2021, solo superado por la electricidad en carga doméstica.

Realizar 100 kilómetros con un coche impulsado por GNC costaba, según esta misma fuente, 2,93 euros. Ahora, con el precio multiplicado casi por cuatro, el coste por cada 100 kilómetros se acerca a los 10 euros, lo que le convierte en estos momentos en un combustible poco eficiente para la cartera de los españoles. Por hacer una comparación, un coche gasolina que gaste 7 l/100 km, con el descuento del gobierno aplicado, gastaría 11,25 euros en este mismo trayecto. Tan solo por detrás de la gasolina, ahora es el combustible más caro por kilómetro del mercado. Sigue siendo más barato, pero deja de compensar el sobreprecio que tienen los vehículos que utilizan esta tecnología.

Esto se debe a que el GNC deriva del gas natural, algo que no sucede con el resto de combustibles. Tanto la gasolina como el diésel y el gas licuado de petróleo (GLP) proceden del petróleo y aunque se ha limitado por decreto la tarifa del gas para los hogares, esto no ha ocurrido en el transporte y la automoción, por lo que los precios siguen sometidos únicamente a las leyes del libre mercado.

Con el precio multiplicado casi por cuatro, el coste por cada 100 kilómetros se acerca a los 10 euros, lo que le convierte en estos momentos en un combustible poco eficiente para la cartera de los españoles

Charlamos con Antonio Murugó, presidente de la Asociación Empresarial Small Scale Gas Natural (AESGAN), que señala dos claves para el aumento de precios. El primero, el contrato que existía con Naturgy. "Teníamos firmado hasta finales de 2022 y decidieron romperlo de manera unilateral para dejar de utilizar los criterios Brent y emplear el TTF holandés, que es el que se usa en el norte de Europa para fijar el precio del gas", señala nuestro interlocutor.

La ruptura de contratos ha sido común entre las comercializadoras ante el aumento de los precios del gas. En los contratos con los distribuidores se fijan unos costes máximos de la materia prima, que en caso de sobrepasarse permite a quien vende la energía romper el contrato y redactar uno nuevo. Así, evitan vender el gas bajo pérdidas.

Según fuentes de una compañía del sector, este hecho no tiene nada que ver con el aumento de los precios: "La subida del GNC es fruto del aumento de precios del gas en los mercados internacionales, del mismo modo que estamos viendo incrementos en otro tipo de carburantes".

La segunda clave, derivada de esta primera, es la guerra de Ucrania. "Es el 90% del problema", señala Murugó. La subida de precios ha hecho que el consumo de GNC se haya reducido de forma alarmante, lo cual también afecta a las empresas distribuiras de gas. "Esto es un desastre", nos indica el presidente de AESGAN: "Con todas las inversiones que hemos hecho, esto nos pilla a contrapié". El otro problema geopolítico al que señala es Argelia, con quien el Gobierno sufre una crisis diplomática por sus cesiones ante Marruecos.

El GNC no recuperará su precio habitual hasta 2023

Las estimaciones de AESGAN señalan que el precio del GNC no volverá a su valor habitual hasta 2023, aunque todo depende de cuánto dure el conflicto en Ucrania. Supone un duro revés para esta tecnología, que aspiraba, junto a la electricidad, a convertirse en una nueva forma de movilidad más sostenible. Murugó señala que el negocio ya estaba derivando a los vehículos industriales, ya que este gas en turismos está en vías de extinción. El Grupo Volkswagen, que fue quien más apostó por este tipo de combustible, dejará de producir coches impulsados por gas natural para centrarse en modelos 100% eléctricos. "Esto ocurrirá en 2027", señala nuestro interlocutor.

Murugó nos cuenta que los distribuidores están sufriendo -y mucho- el precio de este gas. "Estamos pagando entre cinco y seis veces lo que nos costaba" y señala que las pymes españolas son las más afectadas: "La empresa que estaba pagando 3.000-4000 euros al mes por gas para sus vehículos, ahora debe abonar casi 20.000 euros. Esto es una ruina y las ayudas del Gobierno son cero".

Sobre la ayuda del Gobierno de 20 céntimos por kilogramo de GNC, señala que en su caso se queda corto y apuesta por la vía italiana para estos casos. "Allí, el 20% de la factura de combustible ahora se lo pueden desgravar".

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