Una expresión se ha puesto de moda entre los grandes directivos de las energéticas: "More carrot and less stick (más zanahoria y menos palo)". El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se lo decía a los analistas en su conferencia de resultados del primer trimestre. Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, repetía esta expresión en el mismo contexto tras haberla citado en febrero en sus anuales.
Las personas que siguen a diario a los dos principales referentes de los gigantes energéticos españoles aseguran que se ha convertido en su frase de cabecera en estos últimos tiempos. En ambos casos, la intención es la misma: simplificar cómo ven el escenario regulatorio de la Unión Europea frente a Estados Unidos. Galán e Imaz coinciden en que ahora existe una ‘zanahoria americana’ frente al ‘palo europeo’.
La hoja de ruta de la Administración Biden es el ejemplo al que recurren estas empresas cuando quiere representar un modelo de colaboración público-privada para captar sus grandes inversiones. Los ‘jefes’ de Iberdrola y Repsol señalan que una estrategia basada en subvenciones, créditos fiscales y garantías crediticias para la financiación de proyectos es el mejor modelo. Esto es lo que se recoge en el Inflation Reduction Act (IRA), el plan de Estados Unidos para bajar la inflación, y la ‘zanahoria’ para acaparar gran parte de sus inversiones en tecnologías ‘cero emisiones’ .
El ‘palo europeo’ llega en forma de bandazos regulatorios en el sector energético que se ha vivido en el último año en el Viejo Continente. El REPowerEu, el Fitfor55 o los fondos de next generation no son suficientes para competir con el IRA. La limitación de precios, los impuestos extraordinarios por el auge de sus “beneficios extraordinarios” o la apuesta por respaldar los proyectos ‘verdes’ con subvenciones en su construcción, sin retribuir la operación a largo plazo como ofrece Estados Unidos.
El hidrógeno como ejemplo
Tecnologías como el hidrógeno les sirve de comparativa. Un negocio de futuro en el que Europa tiene menos atractivo que Estados Unidos. La Unión Europea no cuenta con ayudas a toda la cadena valor. Mientras que el mercado estadounidense ofrece a las empresas descuento fiscal de la operación y creciente cuanto menos emita junto con ayudas para todos los elementos asociados al proyecto.
Las ayudas a la inversión en países como España se limita a las líneas anunciadas hasta el momento a un máximo de 15 millones de euros, mientras que las energéticas aplauden que en Estados Unidos les ofrezcan descuento fiscal de la inversión. Sus estimaciones apuntan a que el coste de producción de hidrógeno con las ayudas de EEUU es un 55% menor que con las ayudas europeas.
Galán e Imaz quieren que Bruselas 'se ponga las pilas'
“Estamos muy aliados en esta senda de reducir la huella de carbono. No tengo ninguna duda de que Repsol puede beneficiarse del apoyo de las instituciones europeas para la senda de descarbonización, lo que vemos es que Estados Unidos es todavía mejor con su programa IRA”, afirmaba Josu Jon Imaz este jueves.
“Espero y deseo que las instituciones europeas busquen soluciones similares en los próximos meses. La senda estadounidense es más predecible para nuestro negocio, es neutral en términos teóricos, apoyan todas las tecnologías y aplican más la zanahoria, como he dicho en alguna ocasión, frente al palo regulatorio de las instituciones europeas”, añadía el máximo dirigente de la petrolera.
Para Sánchez Galán es clave que la Unión Europea proporcione “mayores incentivos” para apoyar esta transición ecológica. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán aprovechó la pregunta de uno de los analistas sobre esta diferencia para reclamar a Bruselas “nuevos incentivos” que puedan competir de igual a igual con el ‘atractivo’ paquete climático que les ofrecen desde la Casa Blanca.
Su compañía no esconde a los analistas que Estados Unidos es su mercado de presente y futuro. Pero, con la Ley de Reducción de la Inflación, se convierte en el principal mercado de oportunidades de su negocio. "La transición necesita grandes inversiones y eso requiere un marco estable. Nuestro negocio necesita más zanahorias y menos palos", resumía Sánchez Galán.
Un mensaje claro con destino a Bruselas y a Moncloa donde se podría aplicar aquello de ‘a buen entendedor, pocas palabras bastan’.