Economía

Juncker pierde los nervios y califica de "irrelevante" el resultado del referéndum griego

El presidente de la Comisión Europea ridiculiza el 'no' de los griegos por basarse "en una cuestión ilegítima" y asegura que quiere "entender qué pasa, entender lo que quieren". La 'burla' llega instantes después de su primera rectificación: antes del referéndum advirtió que el 'no' sería un "rechazo a Europa", hoy, en cambio, dice que no tiene nada que ver ni con Europa ni con el euro.

El referéndum como arma arrojadiza entre Atenas y Europa. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se ha burlado este martes de los griegos al afirmar que resultado de la consulta celebrada este domingo en el país heleno ha sido un "circo irrelevante" al basarse "en una cuestión ilegítima".

Juncker ha acusado al Ejecutivo de Alexis Tsipras de actuar de forma “emocional más que racional” llamando al 'no' para a continuación poner en duda “si ese 'no' del referéndum significaba realmente no”. "El pueblo de Grecia ha hablado y me gustaría entender lo que ha dicho", ha planteado en el Europarlamento, tal y como recoge el rotativo británico The Times. Y ha agregado: "Me han dicho que no es un ‘no’ a Europa; que no es un ‘no’ al euro; y, ciertamente, no es un ‘no’ al documento porque ya no está sobre la mesa”.

Juncker: "¿Podría explicarme alguien qué significaba la pregunta que se puso?"

Asimismo, el presidente de la Comisión Europea ha afirmado que el resultado de la votación griega era "efectivamente ilegítima" porque las papeletas se referían a las medidas de austeridad que formaban parte del segundo programa de rescate, que había expirado cinco días antes del referéndum.

“La pregunta que se planteó al pueblo griego es sobre algo que ya no existe. ¿Podría explicarme alguien qué significaba la pregunta que se puso? Tal vez eso sería más propio de un circo”, ha rematado el belga, mientras un grupo de diputados griegos -y algún euroescéptico- le abucheaban.

Juncker también ha criticado a Tsipras por caminar “fuera de las negociaciones” de hace dos semanas y por permitir que distintos miembros de su gobierno utilicen un “lenguaje inaceptable” para atacar a la Unión Europea y a la Comisión. "Es hora de poner fin a estos arrebatos. Es inaceptable que miembros del Gobierno griego tachen de terrorista a la Comisión Europea: ese no es el tipo de Europa que queremos”, ha subrayado, en alusión a las declaraciones hechas por el ya exministro de Finanzas Yanis Varoufakis, que dimitió este lunes para "facilitar" un acuerdo con la Troika.

“Estoy en contra del Grexit"

Con motivo de la reunión que efectuarán este martes los líderes de la eurozona en Bruselas, Juncker ha prometido hacer todo lo posible para mantener a Grecia dentro de la unión monetaria: “Mi objetivo es prevenir Grexit, ya que estoy en contra de él”.

Juncker asegura que "nadie" quiere expulsar a los griegos y les promete que la CE "se esforzará para que las negociaciones se reanuden"

Estas palabras de apoyo sirven para enfriar la tensión que se prevé para la reunión de esta tarde, donde 16 de los países miembros están a favor de que Grecia abandone la eurozona y solo Francia e Italia han manifestado la necesidad de mantener la moneda única de la UE en conjunto. Esta mañana, el primer ministro galo, Manuel Valls, aseguraba que "existen las bases de un acuerdo" y que "Europa no puede asumir el riesgo de una salida de Grecia de la moneda única por razones económicas, pero sobre todo por razones políticas".

El presidente de la CE, que la semana pasada pidió a los griegos que votaran 'sí' en la consulta del 5 de julio, se ha mostrado esperanzado con un acuerdo con el equipo de Gobierno de Tsipras para evitar la salida de Atenas del euro. Además, ha enviado un mensaje a los griegos exteriorizando que "nadie quiere expulsarles" y ha prometido que el organismos que preside "se esforzará para que las negociaciones se reanuden".

Por último, ha lamentado que Grecia "abandonase" la mesa de negociación el pasado 26 de junio cuando las instituciones acreedoras internacionales y Atenas acercaban posiciones, y lo ha calificado de "un error grave".

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