El recorte de las pensiones no será un golpe sólo a las clases pasivas. Las activas lo notarán también porque cada vez más familias dependen de una pensión, según reflejan los datos del INE. Uno de cada cuatro hogares españoles tiene como único ingreso el de los jubilados que viven en ellos.
La llamada solidaridad intergeneracional explica que el 27,9% de los hogares dependan ya de sus abuelos: un 16,9% de los hogares está sustentado por hombres de más de 65 años y un 10,4% por las pensiones de mujeres de más de esa edad, según revela la última encuesta de condiciones de vida.
El INE disponía de ese dato desde hace meses y el Gobierno lo conocía antes de tomar su decisión sobre las pensiones, lo que anula, en opinión de los diputados que comparecieron en el Congreso para pedir la dimisión de la ministra Fátima Báñez, el argumento del Ejecutivo de que “se protege a los hogares más necesitados”. De hecho, los diputados de la oposición descartan también el argumento de la herencia recibida porque no han aflorado nuevos datos desde que el Gobierno prometió revalorizar las pensiones hasta que rectificó su compromiso.
Un problema para el consumo privado
El principal motor del consumo, el consumo privado, se había desplomado en España. Sólo un sector ha seguido gastando como antes de la crisis e incluso ha ampliado sus gastos: el de los mayores de 65 años que ha incrementado su consumo un 3,2% con respecto a las cifras de 2008.
Sin embargo, las medidas de copago y de recorte de pensiones amenazan ahora con frenar el único segmento del consumo que se sostenía y que representa casi una cuarta parte del gasto total de todos los tramos de edad. En términos macroeconómicos, eso puede significar que la caída del consumo del 1,1% puede pasar ahora a ralentizarse todavía más, hasta el -1,2%.