El Ejecutivo popular ha aprendido de Zapatero a vender una y otra vez las mismas reformas con un envoltorio distinto. El grueso de las reformas que se presentará el viernes no será nuevo. Tan sólo un corta y pega de anuncios e iniciativas anteriores en un powerpoint azul y un documento de unas 90 páginas centrado, sobre todo, en la reforma energética, la de pensiones, la financiación y la ley de emprendedores. Y todas ellas se irán desarrollando a lo largo de 2013.
Sin embargo, hay una cosa que el Ejecutivo sí está examinando con mucho cuidado: presionado por Bruselas, en los últimos días ha estado evaluando todas las políticas de empleo para darles una nueva vuelta de tuerca que agrade a la UE.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha diseñado un programa de incentivos para el emprendimiento y pretende cambiar las políticas activas de empleo para que los fondos que se destinen se vinculen a los resultados, es decir, a parados recolocados o formados.
No obstante, la Comisión ha puesto especial énfasis sobre la necesidad de elaborar una evaluación de la reforma laboral, de modo que se analice qué falla en un mercado de trabajo en el que el paro alcanza cotas inimaginables para otros países europeos. Entre otros factores, el informe de Bruselas afirmaba que aún había problemas por la excesiva protección a los indefinidos frente a los temporales.
Y en el capítulo del paro uno de los caballos de batalla más manidos ha sido la duración de las prestaciones por desempleo. Éstas siempre se han concebido como un derecho y era habitual que los trabajadores las exprimiesen antes de retornar al mercado de trabajo. Sin embargo, hay expertos que argumentan que en estos momentos ése no es el caso y que el subsidio de paro supone un colchón indispensable ante la actual coyuntura.
Semejantes disquisiciones ha entrado en el debate y el Gobierno es muy consciente de que una recorte así podría incendiar todavía más la calle. Así que el Ejecutivo está manteniendo reuniones de última hora para sopesar las alternativas. Si no adopta nuevas iniciativas en este campo, Bruselas seguramente recomendará en mayo medidas adicionales.
Respecto a las pensiones, el Ejecutivo espera aprobar antes de finales de año el llamado factor de sostenibilidad, que desligará las actualizaciones de la inflación y servirá para calcular las prestaciones según los ingresos de la Seguridad Social, el número de beneficiarios, la pirámide poblacional o el ciclo de la economía. La idea del Gobierno consiste en tener lista la reforma antes de que acabe el año para no tener que actualizar las pensiones de 2013 y 2014 con el IPC.
El Gabinete de Rajoy además venderá una multitud de iniciativas ya anunciadas destinadas a engordar la Ley de emprendedores y financiar los sectores productivos. Y, por supuesto, incluirá la reforma de la Administración entre sus anuncios.
Por último, el Ejecutivo revisará a la baja las previsiones macroeconómicas después de que el PIB del primer trimestre ya registrase la caída estimada para todo el año, un -0,5 por ciento. Guindos ya rectificó y explicó hace escasos días que la contracción se situaría ente el -1 y el -1,5 por ciento. El Ejecutivo quería esperar a una relajación del déficit que ya se da por hecha para reconocer unas cifras más realistas sin verse obligado a emprender mayores ajustes.