"Esta es mi verdad". Con esta enérgica sentencia cerró Rodrigo Rato la defensa sobre su gestión al frente del grupo BFA-Bankia en la Comisión de Economía del Congreso. Un argumentario en el que Rato cargó duramente contra el Banco de España y la auditora Deloitte por su gestión desde la fusión hasta la salida a bolsa, en julio de 2011. Un argumentario en el que Rato se autoexculpa de cualquier responsabilidad sobre la actual situación del grupo. "Tengo la conciencia de haber hecho bien las cosas", reconoce.
El ex presidente de Bankia ha asegurado en su discurso inicial que fue Miguel Fernández Ordóñez, ex gobernador del Banco de España, quien le obligó a fusionarse con Bancaja, cuando la ideal inicial era la integración de Caja Madrid con otras cinco cajas pequeñas. "El 2 de junio de 2010, Fernández Ordóñez me citó con urgencia. Cuando acudí, allí estaban Olivas (presidente de Bancaja) y el subgobernador del Banco de España. El día 10 se anunció el acuerdo de intenciones para integrar estas cajas". Estas declaraciones de Rodrigo Rato aseguran que fue MAFO quien impulsó la creación de Bankia, que además de Caja Madrid y Bancaja también incluyó a La Caja de Canarias, Caixa Laietana y las cajas de Ávila, Segovia y Rioja.
Para Rato, esta imposición cambio completamente el dibujo del nuevo SIP (Sistema Institucional de Protección). La aparición de Bancaja elevó la pérdida esperada del grupo a los 16.043 millones brutos, que descontando las provisiones, disminuían hasta los 4.753 millones, que equivalía a la financiación aportada por el primer préstamo del FROB. De esa cantidad, 2.200 millones correspondían a Bancaja.
Según las explicaciones de Rato, el equipo gestor que presidía encargó un informe adicional a Pricewatwehouse (PwC) en el que se estresaba la cartera del grupo para un período de tres años. El resultado de ese ejercicio arrojó unas nuevas necesidades de 11.500 millones brutos, que según puntualizó el propio Rato, "el Banco de España consideró excesivo". De esta manera, según las indicaciones del supervisor, el grupo dotó 9.200 millones contra patrimonio y retrasó para los dos siguientes ejercicios (2011 y 2012), el saneamiento restante.
Los reguladores controlaban
"Todo el proceso de fusión estuvo controlado por el regulador y firmas de prestigio, como Deloitte, que no informó de ningunas alteraciones a las cuotas pactadas entre las cajas tras efectuar las correspondientes 'due diligence'", aseveró Rato.
En esa continúa auto exculpación de su gestión, Rato achacó a los continuos cambios regulado ríos la paulatina degradación del balance de la entidad. "El grupo ha tenido unas necesidades de capital de 10.500 millones por los diferentes cambios en la regulación desde 2010", razonó Rato, que no incluye en esta cifra el efecto del segundo Plan Guindos.
Salida a bolsa
Rato aprovechó su explicación sobre el proceso de salida a Bolsa para culpar, por enésima vez, al Banco de España y Deloitte. En sus críticas también incluyó al anterior Gobierno socialista. "El Gobierno y el Banco de España me trasladaron la importancia que tenía para el país que Bankia no saliera a Bolsa", aseveró Rato, que también destacó que Deloitte firmó entonces las cuentas proforma de Bankia y BFA sin exponer ningún tipo de salvedad, como sí realizó en las cuentas anuales, provocando un desfase patrimonial que ha llevado a la nacionalización total de Bankia y la necesidad de unas ayudas públicas por valor de 19.000 millones.
Rato no citó en ningún momento a Luis de Guindos, ni a ningún miembro del Gobierno del PP, ni siquiera para explicar su salida de la presidencia. "El fin de semana del 5-6 de mayo llegué a la conclusión de que las autoridades no coinciden con mi forma de ver el saneamiento de la entidad (el BdE había denegado días antes el plan de saneamiento del grupo). No quise plantear ningún enfrentamiento que pusiera en riesgo la entidad. Por eso me fui. Sin cobrar ningún tipo de indemnización y renunciando a los consejos que conllevaba la presidencia de Bankia", explicitó Rato.
"Tengo la certeza de que actuamos correctamente. Yo mismo he solicitado la presencia en esta comisión". Así inició Rato su comparecencia en el Congreso a la que llegó escoltado por destacados miembros del PP, como Esteban González Pons y Alfonso Alonso, portavoz popular en la Cámara Baja.