Los hoteles baten récord de ocupación pese al relevante incremento de tarifas respecto a 2019. Desde el pasado mes de abril, y coincidiendo con la celebración de la primera Semana Santa tras la pandemia, los establecimientos hoteleros han encadenado subidas de la tarifa media diaria (ADR, por las siglas en inglés de Average Daily Rate) de entre el 13% y el 18%.
Según los datos que se extraen de la Encuesta de Coyuntura Turística Hotelera, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tarifa media por habitación ocupada se situó en diciembre 99,17 euros, más de un 15% por encima que en el mismo mes de 2019. Por encima de la media se situaron lugares como Canarias (125,94 euros) o Madrid (109,42 euros). No ha sido el incremento más alto: en julio, el aumento de la tarifa media llegó hasta casi el 18% respecto al julio prepandemia, situándose luego en el 16,8% en agosto y el 13,75% en septiembre, también respecto a 2019. No obstante, las tarifas no afectaron a la ocupación: en diciembre se cubrieron el 47,3% de las plazas ofertadas, prácticamente las mismas (47,4%) que en 2019.
El ADR es uno de los indicadores más relevantes para los hoteles, ya que a través de él conocen la rentabilidad de los ingresos medios diarios por habitación ocupada. Se calcula dividiendo los ingresos obtenidos de las habitaciones entre la cantidad de habitaciones alquiladas. La facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 104,7 euros en el año 2022, frente a los 91 euros de 2019. En cuanto al ingreso medio diario por habitación disponible (RevPAR), que está condicionado por la ocupación registrada en los establecimientos hoteleros, alcanzó los 67,8 euros de media en 2022, frente a los 61,2 euros de 2019.
El incremento de las tarifas ha sido durante los últimos meses visible en todas las cadenas hoteleras: NH, por ejemplo, registró durante el tercer trimestre de 2022 una tarifa media diaria (ADR) en sus hoteles de 130 euros, lo que se tradujo en un incremento del 16,9% respecto a los mismos tres meses del 2019 y muy por encima (42,2%) de similar periodo en 2021. Meliá, por su parte, disparó los precios de sus hoteles vacacionales un 22,1% respecto al mismo periodo de 2019.
No obstante, este aumento de precios no se ha reflejado en un descenso de la demanda. Muestra de ello son las cifras de ocupación que manejan las hoteleras, que incluso han logrado mejorar sus datos más altos en meses como los de verano o Navidad. De hecho, la tendencia se está manteniendo una vez entrado 2023; en este mes de enero, la vuelta a los eventos y congresos está permitiendo a los hoteles incrementar también sus ventas. Solo en la Comunidad de Madrid, con motivo de Fitur, los hoteles han alcanzado una ocupación hotelera media del 85% durante tres días. Se trata de la misma cifra de ocupación que la última feria que se celebró antes de la pandemia, en enero de 2020.
Los hoteles no ven "ralentización" en las tarifas
"A pesar de que el precio sigue con bastante inflación, el puente de diciembre ha sido espectacular. Seguimos pagando más, pero seguimos reservando", contaba hace unas semanas el director general de Destinia, Ricardo Fernández, en conversación con Vozpópuli. Las hoteleras, de hecho, no descartan que las tarifas sigan subiendo. "Hoy en día manejamos tarifas dinámicas. Vamos a seguir con la misma estrategia. No vemos ningún motivo para modificarla”, explicó precisamente en Fitur el CEO de NH Hotels Group, Ramón Aragonés, que apuntó a que la compañía lleva a cabo una “estrategia muy rigurosa en el control de gasto, que solo es posible si seguimos incrementando los ingresos a través del incremento de precios”.
El CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, apuntaba en la misma línea: "La demanda de viajes está inmunizada pese al temor a una recesión económica”, insistía, y adelantaba: “De cara a 2023, de momento no estamos vislumbrando ningún síntoma de ralentización, tanto en consumo, como en apetito de viaje, como en tarifas”.