El lunes 8 de noviembre, el histórico Palacio de la Bolsa de Madrid amanecía con la pereza de un nuevo arranque de semana en tiempos de coronavirus. Un ambiente con olor a domingo, ya que los madrileños celebraban el Día de la Almudena y esta céntrica zona de la capital tenía bajo mínimos su tránsito habitual. El ambiente no era de día histórico, pese a que era el primer día que cotizaba las igualadas elecciones de Estados Unidos sin saber todavía si Trump o Biden eran los ganadores.
El Ibex, el índice que recoge a las 35 principales empresas que cotizan en el mercado español, arrancaba con subidas moderadas del 0,3%. Y a las 12:50 de la mañana todo cambió. Este 'Día de la Marmota' daba paso a un día histórico. El CEO de Pfizer, la empresa que ha desarrollado la vacuna (junto con BioNTech), lo definió como "un gran día para la ciencia y la humanidad".
La farmacéutica anunciaba una eficacia de más del 90% en la prevención contra la covid-19. Para poner esto en contexto, la vacuna contra el sarampión tiene una eficacia del 97% y la vacuna contra la gripe estacional tiene una eficacia de entre el 40 y el 60%. La esperanza de un arma contra el coronavirus empezaba a ser más real. La idea de una posible vuelta a la normalidad hizo que los inversores se entusiasmaran, con los mercados de todo el mundo en alza, y el Ibex 35 volando por encima del 10% a los pocos minutos de conocerse esta noticia.
Euforia de normalidad
"Siendo realistas, por primera vez desde el pánico de febrero y marzo, el mercado está empezando a pensar seriamente en una economía mundial que funcione con normalidad y en cómo posicionarse para ese retorno a la normalidad tan bien recibido", explicaba James Athey, director de inversiones de Aberdeen Standard Investments. Los mercados de Reino Unido, Francia, Alemania o Italia reaccionaban igual.
La noticia se celebraba con euforia, principalmente, entre las empresas relacionadas con el sector turístico, las que más están sufriendo en el mercado con la pandemia del coronavirus. Por encima de todas aparecía IAG. La matriz de Iberia se anotaba en esa sesión una subida de su valor en Bolsa superior al 40%. La aerolínea repuntó un 37%, al igual que la hotelera Meliá. También Aena y Amadeus celebraron la vacuna con subidas del 16%. Amrest, el dueño de La Tagliatella, se disparó un 41% en el mercado continuo.
"La idea de una posible vuelta a la normalidad hizo que los inversores se entusiasmaran, con los mercados de todo el mundo en alza", relata Johanna Kyrklund, responsable de inversión de Schroders. "Lo más llamativo fue qué acciones superaron al mercado. Las empresas que han sido más golpeadas por los confinamientos, como las aerolíneas, el ocio y la hostelería, drásticamente", añade. El Ibex terminaba con la mejor sesión desde 2008, el resto de Europa y Wall Street se unían a la fiesta. Muchos agoreros esperaban un martes de resaca.
Nada de resaca
El martes, ya había más ambiente alrededor del Palacio de la Bolsa. El debate era si había que fiarse de la noticia de Pfizer o estábamos ante un nuevo espejismo. Aunque todos estaban de acuerdo en que la fuerza con la que se había movido el mercado era la sensación de los grandes fondos por aprovechar las rebajas que había dejado el coronavirus.
Y arrancó la sesión y nada de resaca. La jornada del martes fue el turno para que los bancos tomaran el protagonismo. Todas las entidades del Ibex 35 cerraron con subidas superiores al 5% y Repsol se unió también a esta segunda jornada de 'fiesta'. La petrolera registró un repunte esa sesión del 12% tras dispararse otro 18% el lunes. Ello llevó a una nueva subida del 3% del selectivo español.
"La noticia ha ofrecido al mercado un atisbo de esperanza de que pueda haber una vacuna eficaz disponible para la próxima primavera, aunque haya que hacer más estudios", tranquiliza Thomas Meier, Gestor de Cartera de MainFirst. "La mera posibilidad de un posible fin del drama de la pandemia y una visión positiva de los resultados de las elecciones en Estados Unidos condujeron a un 'modo de riesgo'", matiza.
El miércoles, el repunte ya más moderado del 1%. El jueves ya llegó los primeros síntomas de resaca bursátil con una caída del 0,8%, para volver a subir un 0,7% este viernes. En total, el Ibex ha pasado de arrancar la semana en los 6.870 puntos a los 7.783 puntos con los que ha cerrado. Una diferencia que a nivel de capitalización suponen 48.500 millones de euros en todo el selectivo. Una inyección de esperanza que todo el mercado espera que haya llegado para quedarse.