El Buscón

Censura de escotes y faldas en París, pero no en los bolsos sospechosos de terrorismo

      

  • La señora ataviada con una bata, 'policía moral' parisina.

Algunas autoridades de Niza han criticado en las últimas horas la falta de medidas de seguridad en la ciudad previas a que Mohamed Lahouaiej, presunto militante del ISIS, matara con un camión a 84 personas y provocara heridas graves a más de cien. El propio presidente François Hollande dijo en las horas previas al suceso que Francia levantaría el estado de emergencia que está vigente en el país desde hace varios meses, justo en el momento en el que acabara el Tour de Francia.

El dispositivo desplegado sobre la famosa carrera, de más de 3.000 kilómetros, es espectacular, y el hecho de que se transmita en directo ha hecho que los galos se hayan volcado en llevar la carrera en una burbuja de seguridad inmensa. Un atentado como el de Niza es prácticamente imposible de evitar; sin embargo, sí que es verdad que las autoridades francesas han relajado las medidas de seguridad en las últimas semanas, incluso en plena Eurocopa, en algunos objetivos potenciales de París.

El colmo se produce en el Sacre Coeur. No hay control, pero en la puerta una mujer vigilaba y velaba por la moral de los visitantes. Antes de entrar, las mujeres debían cubrir sus escotes y faldas

Este Buscón, de viaje por Francia, lo ha podido comprobar en los días en los que se celebraba la Copa de Europa. Mucha vigilancia en la Torre Eiffel y sus alrededores, la Fanzone (las pantallas gigantes con miles de hinchas) y mucha presencia de la Gendarmería y el Ejército en París, pero todos muy relajados. No hay un criterio fijo. Así, mientras en lugares como el Arco del Triunfo o el Grand y Petit Palais sí que hay cintas para ver el contenido de las bolsas, en puntos tan importantes como el Sacre Coeur o Notre Dame sólo se exigía abrir la bolsa sin que el agente de seguridad comprobara qué había dentro.

El colmo se produce en el Sacre Coeur. No hay control, pero en la puerta una mujer vigilaba y velaba por la moral de los visitantes. Las mujeres debían cubrir sus escotes y faldas cortas durante su visita, algo que ya no se ve apenas en las iglesias españolas. En algunos templos españoles se apela, en carteles, a la decencia en el vestir de los visitantes, pero no se les impide el paso.

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