Auténtica obsesión tuvieron los ministros este verano para que no les pillaran en ninguna imagen vacacional. Nada de fotos en la playa, de reunión con los amigos y ni siquiera comiendo en un económico chiringuito de esos que la Ley de Costas del PSOE se quería cargar. Los ministros decidieron no dar pie a controversias en estos momentos, con más de cinco millones de parados, el consumo hundido y al borde del rescate de la deuda soberana. "La playa es gratis", comenta a este Buscón un alto cargo popular, pero ni por esas se dejaron ver. No hubo consigna oficial, pero sí el sobreentendido de que no era el momento de alterar a unos ciudadanos muy, pero que muy cabreados que pudieran sentirse provocados por cualquier situación.
Los apenas ocho dias que se pudieron escapar --algunos casi ni eso, ya que, como la ministra de Empleo, Fátima Báñez, tuvo que trabajar desde Cádiz en la prórroga de la ayuda de 400 euros a los parados que han agotado todo tipo de ayudas-- decidieron llevar vidas muy discretas. Hagan la prueba y busquen en la red las fotos del presidente del Gobierno en bañador. Encontrarán las correspondientes a los años 2010 y 2011 en Sanxenxo (Pontrevedra), pero ninguna de este verano por esa playa de La Lanzada que tanto le gusta y la misma actitud se puede hacer extensible al resto del gabinete ministerial.
Ahora a esperar un "otoño caliente", que se adelanta este sábado con la convocatoria de una gran manifestación en la Plaza de Colón de Madrid, cerca, muy cerca, de la sede nacional del PP, y el lugar que escogían los populares para sus propias concentraciones. Tampoco ahí se dejarán ver.