No, mi general es el nombre del libro que cuenta el acoso sexual y laboral sufrido por la excomandante del Ejército Zaida Cantera. Cantera es uno de los fichajes estrella de Pedro Sánchez y ocupará el número seis en las listas que el PSOE presentará a las elecciones generales por Madrid.
Otra de las adquisiciones en el mercado de otoño ha sido la de Irene Lozano, proveniente de UPyD, fustigadora del socialismo rampante, y, oh casualidad, la autora de la obra donde se narran las vicisitudes de la exmilitar. Lozano irá de número 4 por Madrid. Las dos incorporaciones han provocado un gran malestar en el seno del PSOE.
El pasado 13 de junio, en la Feria del Libro de Madrid, Zaida Cantera firmó ejemplares de No, mi general. Y allí coincidió con el ex JEMAD Julio Rodríguez, con quien se le pudo ver en actitud amable y de camaradería. Le soplan a este Buscón que llama la atención ese clima de confianza entre alguien que ha criticado la falta de democracia en el Ejército y quien fue el Jefe del Estado Mayor de la Defensa. La educación es importante pero saber qué representa cada uno también.
Con el paso del tiempo cobran otro significado estas imágenes: ¿Sabían ya los protagonistas que iban a encontrarse en el futuro en la contienda política como “adversarios”? ¿Tenían ya decidido a qué partido se apuntaría cada uno?
Por Vozpópuli hemos sabido que la primera intención de Julio Rodríguez al final del verano era la de enrolarse en el PSOE, y así se lo comunicó al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Como Pedro Sánchez le daba largas se arrimó entonces a Podemos, con todas los ánimos y bendiciones de Zapatero, que sin embargo guardó el secreto.
Las imágenes de la cordialidad exhibida por los dos exmilitares pueden sembrar dudas razonables entre los futuros votantes de PSOE y Podemos, partidos en apariencia bastante alejados ideológicamente. ¿Amistades peligrosas? ¿Cromos intercambiables? ¿Preludio de alianzas futuras? La respuesta, después del 20D.