La pandemia afecta a toda la sociedad, pero no por igual. De entrada las víctimas mortales son, muy mayoritariamente, los mayores –más de 65 años pero sobre todo más de 80 años-, por eso tienen sentido las recomendaciones del ministro de defensa de Israel que antepone al confinamiento de toda la población el aislamiento de los mayores, para protegerles, puesto que entre los jóvenes la tasa de mortalidad es muy baja.
Desde el punto de vista económico, ahora y aún más en el futuro, los grandes perdedores son las clases medias. Hay tres grupos sociales, además de la clase política, que saldrán ilesos, o con apenas magulladuras, los funcionarios, los empleados de empresas que sobrevivan, y que no resulten despedidos y los ricos que pueden perder parte de su capital pero también son los que aprovecharán las ‘gangas’ que el mercado ofrecerá, bolsa, inmuebles, empresas a precio de derribo. Los jubilados a corto plazo tampoco verán alterada su situación pero a medio plazo también sufrirán los recortes que, sin duda, adoptará la administración, tanto en la cuantía de las pensiones como en las condiciones para jubilarse.
Sin duda los grandes perjudicados son los pequeños empresarios, autónomos, de todo tipo
Las personas que ya estaban en el umbral de la pobreza seguirán mal, pero recibirán las ayudas del estado para sobrevivir. Las empresas más saneadas o con más capacidad de influencia sufrirán, despedirán, pero sobrevivirán. De momento a las televisiones privadas, con grandes beneficios los años anteriores y por tanto con capacidad de resistir, les han dado 15 millones de subvención, una autentica vergüenza que explica su escasísima crítica al gobierno, una vergüenza. Los que van a ver alterada totalmente su existencia son los despedidos, sobre todo el de pequeñas y medianas empresas que acabarán cerrando y los trabajadores tendrán que ir a cobrar su indemnización a Fogasa además de tener grandes dificultades para reintegrarse al mercado laboral dada la situación de crisis generalizada que se prolongara en el tiempo.
Pero sin duda los grandes perjudicados son los pequeños empresarios, autónomos, de todo tipo, comercios, salvo casos concreto como la alimentación, muchos profesionales, que ni tendrán acceso a las ayudas, la letra pequeña excluye a los que no viven en el umbral de la pobreza, y que en caso de recibirlas implicarán un desclasamiento evidente. Estos grupos no sólo sufrirán durante el confinamiento sino que la recuperación será muy lenta y muchos no podrán resistir porque ni tienen reservas suficientes ni recibirán el apoyo de la banca.
Estos efectos sociales no sólo afectarán a la vida de muchísimas personas sino que tendrá una gran repercusión electoral. Sin duda viviremos una situación peligrosa para la democracia. Veremos quién acaba beneficiándose políticamente de la situación pero todo indica que los extremismos verán aumentadas claramente sus opciones. Y sin una clase media potente, la democracia entra en la UCI.