El Ayuntamiento de Sant Andreu de la Barca y la cadena hotelera Catalonia han empezado a desmantelar el hotel medicalizado, montado bajo la supervisión de Médicos Sin Fronteras (MSF), después de que no se haya utilizado durante dos meses porque la Conselleria de Salut no lo ha autorizado. “Es un día triste para Sant Andreu”, ha lamentado el alcalde de la ciudad y médico de profesión, Enric Llorca (PSC).
Pero el veto no le va a salir gratis a las autoridades sanitarias catalanas como sí le hubiera salido el desaprovechado hotel medicalizado, completamente sufragado por donaciones y voluntarios. La alcaldía ha declarado “personas non gratas” a la consellera de Salut, Alba Vergés, al director del Servei Català de la Salut (SCS), Adrià Comella, y al responsable del SCS en la zona norte del Baix Llobregat, Joan Puigdollers.
Llorca ha dedicado duras palabras a los tres responsables de Salut, a los que ha reprochado “su incompetencia, su falta de sensibilidad y su desprecio por la ciudadanía de Sant Andreu de la Barca”. El primer edil ha cargado contra los motivos ideológicos que se esconden bajo la negativa de la Generalitat a abrir el hotel medicalizado: “Han despreciado nuestra ayuda y la han justificado en base a mentiras”.
Contagio entre familiares
Llorca se ha mostrado muy molesto con Vergés y sus colaboradores porque “no han querido abrir (el hotel medicalizado) a sabiendas de que era necesario y que podía ayudar y atender a los vecinos de la ciudad”. El alcalde y médico de profesión ha señalado que si el equipamiento sanitario se hubiera puesto en marcha “se habría evitado poner en peligro a las personas que han convivido con enfermos positivos de COVID-19, cuando “la comunidad científica ya ha determinado que la principal vía de contagio del coronavirus es la intrafamiliar”, ha agregado.
Enric Llorca ha recordado que a la Generalitat no le ha costado -ni le hubiera costado- “prácticamente ni un euro” autorizar el hotel medicalizado, porque el Ayuntamiento de Sant Andreu ya había corrido con el gasto más importante -que era el de la logística (lavandería, catering y refuerzo de auxiliares de clínica, principalmente) . Además, el personal sanitario que habría atendido a los pacientes del hotel medicalizado habría sido el mismo del Centro de Atención Primaria (CAP) de la localidad, que se había “prestado voluntario” a hacerlo, ha subrayado el político socialista. “Solo faltaba que se concediera el permiso y es lo único que no se ha hecho”, ha denunciado el primer edil.
“Desde que empezó la emergencia sanitaria por el coronavirus, en Sant Andreu se han atendido diariamente de forma domiciliaria a entre 50 y 60 enfermos de COVID-19 que estaban confinados en sus casas con sus propios familiares y que podrían haber estado ingresados en el hotel medicalizado “en mejores condiciones y sin riesgos de contagios”, ha recalcado Llorca.
Ayuda en lugar de sectarismo
No obstante Llorca ha reclamado que en un futuro “el único color que defina la acción política sea el de ayudar a los demás, a los que sufren, a los que nos piden que les cuidemos” y no el del sectarismo. De hecho, el alcalde ha vuelto a tender la mano al presidente Quim Torra y se ha mostrado “abierto al diálogo”.
Por otro lado, el Consistorio de Sant Andreu ha decidido mantener operativo el hospital de campaña con 140 camas montado por la Guardia Civil en el polideportivo municipal en los primeros días de la crisis sanitaria y que tampoco ha recibido el permiso de Salut para ponerse en marcha. “Vamos a mantener el hospital de campaña en perfecto estado, para garantizar que pueda entrar en servicio si fuera necesario, y no lo recogeremos hasta que la comunidad científica así lo aconseje”, ha advertido Enric Llorca.
