España

Rubalcaba recurre a los dinosaurios del PSOE para evitar la debacle

Ni Griñán es Camarón, ni González y Guerra son los Beatles, pero así al menos los ha definido Alfredo Pérez Rubalcaba en su primer macromitin de la campaña electoral del PSOE. Rubalcaba ha querido rodearse de estos "viejos rockeros" de la política para interpretar la "sinfonía socialista".

Ni Griñán es Camarón, ni González y Guerra son los Beatles, pero así al menos los ha definido Alfredo Pérez Rubalcaba en su primer macromitin de la campaña electoral del PSOE. Rubalcaba ha querido rodearse de estos "viejos rockeros" de la política para interpretar la "sinfonía socialista".

Necesita el impulso de los dos ex todopoderosos sevillanos el candidato, hundido en los sondeos electorales. Lo necesita para compensar el efecto del leonés Zapatero, presidente malogrado. Es sintomático como Rubalcaba mira a la generación que le precede porque otra posterior, la de Zapatero, le perjudica. Y en esas salió, con miles de banderas rojas del PSOE y verdes de Andalucía y alguna que otra (muy pocas) de la República.

"Es muy complicado 'cantar' después de Camarón", dijo Rubalcaba de Griñán en su último mitin en Granada. "Pues hoy me habéis puesto a los Beatles", ha apostillado, tras subir al escenario después de escuchar a González y a Guerra. Unos veteranos que, agregó el candidato, están "razonablemente jóvenes, muy jóvenes, mucho más que esos que se llaman jóvenes".

Despedida taurina

Aunque seguramente sobraba el porqué, sus presencias (Guerra es candidato por Sevilla al Congreso y González su amigo y expresidente), Rubalcaba no ha querido ahorrarse explicaciones.
"Claro que recurro a ellos. ¿A alguno de vosotros se le ocurriría no hacerlo? Claro que sí, faltaría más".

Guerra, afónico como Rubalcaba pero feliz por la derrota de ETA, ha arremetido contra la Iglesia, los mercados, el PP y sus insultos a Andalucía y a "sus medios" de comunicación, y no se ha olvidado de los que viven en la "opulencia".

Finalmente se ha despedido entre vítores y aplausos y ha presentado al siguiente orador: "Os dejó con un torero de éxito".

El torero era ni más ni menos que González, con quien las malas lenguas le sitúan en precarias relaciones desde hace años.

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