Los intereses de México por las tecnologías energéticas de las principales compañías españolas siguen atrayendo su atención. Si hace unos meses, la petrolera mexicana Pemex intentó, sin éxito y de forma beligerante, controlar la tecnología de Repsol, ahora en cambió un estado mexicano se interesa, de manera cordial, por la tecnología renovable española.
Autoridades mexicanas del estado de Sinaloa se reunieron ayer en un céntrico hotel madrileño con una veintena de responsables de Abengoa, Acciona Energía, Enel Green Power España, Valoriza Energía (Sacyr), Urbaser (FCC), Ence, Sener, entre otras compañías con intereses en México. El objetivo de esta primera toma de contacto fue presentar al capital español oportunidades de inversión en el campo de la biomasa, en todas las fases de la producción energética.
Pero en plena crisis económica, las empresas españolas necesitan más que las ventajas fiscales que ofrece México a las inversiones extranjeras. Las autoridades plantearon como posiblilidad el pago con bonos de emisión de gases de efecto invernadero o CO2, que en España y en Europa están totalmente prohibido, por las sospechas que generan sobre el fraude sobre el IVA.
Primer productor de biomasa de México
La oferta que hacen los mexicanos se ubica en el estado de Sinaloa, el primer productor de biomasa residual agrícola del país. El estado cuenta con casi siete millones de biomasa residual, fundamentalmente agrícola, para producir energía eléctrica.
Este estado mexicano quiere estrenarse en el campo de las energías renovables. “Los españoles tienen la tecnología y el dinero que necesitamos, 70 millones de dólares”, decía ayer Eduardo Ortiz, secretario de Desarrollo Económico.
Pero España no es el único mercado al que se acerca el estado mexicano. Para febrero, tienen pesando atacar los mercados de China y Nueva Zelanda.