El pasado lunes todos los medios llenaron sus espacios con la noticia de la muerte de Manuel Fraga. Don Manuel no fue un hombre llamado a pasar inadvertido en este mundo y por tanto se llevó elogios desmedidos pero también muchos palos desde algunos flancos. Desde la derecha le llamaron padre fundador, visionario europeísta, figura clave de la transición, hombre de estado, etcétera etcétera. Desde el otro lado, franquista, autoritario, antidemócrata y poco menos que tirano.

Bien es cierto que nadie le recuerda con la camisa azul brazo en alto, pero es algo inevitable que en esos años oscuros (los sesenta), el que no estuviera en el monte con el fusil o en las universidades montando el pollo, era susceptible de ser un asimilado del régimen. Hay tantos… Víctor Manuel, Cebrián…

Por cierto, hablando de Cebrián. En Madrid no se hablaba de otra cosa, parafraseando a otro ilustre, de la sorpresa que causaron las 7 páginas que dedicó el diario El País ese lunes sobre la figura de Fraga, con artículo incluido de Mariano Rajoy, entre otros ilustres.

El tono es en general bastante elogioso para este padre de la Constitución del que incluso Carrillo habla con cariño. Sin embargo, en ninguna de esas páginas se cuenta que es uno de los fundadores de El País, tal como han atestiguado en el pasado numerosas personalidades. Fue uno de los que reunieron accionistas para el lanzamiento del primer diario de la democracia (nacido en mayo del 76), con dos acciones a título personal. Fue inversor pero, sobre todo, promotor del diario, algo que Prisa ha tratado de ocultar a lo largo de su historia sistemáticamente.

Es verdad que en el transcurso de mi vida me he encontrado con cientos de personas que han presumido de ser fundadores de ese diario o de alguna de sus secciones, como otros progresistas que se ponen la medalla de haber corrido delante de los grises, haber estado en el exilio o incluso haber sufrido prisión. Total, ¿quién les va a desmentir? Y en las conversaciones quedas genial.

Pero no habría estado de más un pequeño gesto de reconocimiento hacia don Manuel, que no en vano creó una Ley de Prensa que todavía colea. Con sus matices, pero ahí está. Dicen que es de bien nacido… aunque tal vez les dé miedo que les identifiquen con ser “uno de los nuestros”.

Ya no hay para tanto. Cuando Prisa está en manos de un fondo estadounidense, abanderar la progresía española es un concepto que entra dentro de un abanico mucho más amplio… parafraseando de nuevo a Soraya Saénz de Santamaría cuando habla de la reforma de las teles autonómicas.

¿Cuál ha sido el gran mérito de Fraga en España? Pues un ex de El País me contaba ayer que “logró que algunas jóvenes promesas de Fuerza Nueva sean hoy respetables diputados del PP. Se merendó a Blas Piñar”. Pues nada, ahí queda ese recado que le manda con cariño un ex.