“Este va a ser el Ministerio del diálogo social”, dijo la ministra de Trabajo, Fatima Báñez, en su toma de posesión. Sus palabras se han hecho más o menos realidad en apenas dos semanas. Entre el 10 y el 23 de enero, CCOO, UGT, CEOE y Cepyme han conseguido sacar adelante 10 acuerdos parciales, es decir, todo lo negociable excepto dos de los puntos más delicados: simplificar el número de contratos y abaratar el despido.
El 10 de enero, los agentes sociales informaron de acuerdos en: solución autónoma de conflictos; formación profesional para el empleo; absentismo y mutuas; racionalización de festivos; jubilaciones anticipadas y medidas de prejubilación; y bonificaciones y reposición de prestaciones en los ERES. Y ayer, con una rapidez inusitada, sindicatos y patronal comunicaron los acuerdos restantes: flexibilidad interna, moderación salarial, estructura de los convenios e inaplicabilidad de condiciones (que dan más flexibilidad a los convenios sectoriales).
La firma del denominado Segundo Acuerdo para el Empleo y la Negociación tendrá una vigencia trianual (2012-2014). Ha sido pactado a veces a salto de mata (un dirigente sindical confesaba que ha tenido que acudir a distintos lugares a explicar su contenido sin que éste se hubiera firmado aún) y su periplo ha concluido hoy en la sede del Consejo Económico y Social (CES). Primer éxito del diálogo social al amparo del “efecto Rajoy”.
Por primera vez desde la firma del Pacto de Toledo, hace justo un año, la alegría ha vuelto a los agentes sociales. Rosell, Toxo, Méndez y Terciado –líderes de CEOE, CCOO, UGT y Cepyme, respectivamente- han felicitado en sus respectivas intervenciones a los negociadores de todas las partes. “Otras patronales europeas no pararon de llamarme anoche para preguntarme cómo habíamos conseguido el acuerdo. Esto es un ejercicio de responsabilidad”.
Único en la UE
“Es un acuerdo casi único en la UE, que remarca la vigencia del diálogo social”, dijo Toxo. Y Cándido Méndez agregó: “Es el pacto de la responsabilidad y la renuncia. Ni es el que deseamos los sindicatos ni es el que quiere la patronal, pero sí es el que quiere España”.
La novedad, como se publicó el lunes, es que los sindicatos aceptan una moderación salarial rigurosa (0,5% este año, 0,6% en 2013, crecimiento con relación al PIB en 2014) a cambio de más flexibilidad interna que limite los despidos y de otras cláusulas, como la reinversión de los beneficios empresariales. Se introduce también una comparativa entre el IPC español y el europeo como mecanismo para actualizar salarios.
Mariano Rajoy de momento ya se ha anotado un tanto sobre quienes le acusaban de querer legislar con los oídos taponados. Fátima Báñez se anota otro en un puesto que, como bien saben Celestino Corbacho o Valeriano Gómez, es no apto para cardiacos en tiempos de crisis. Quedan, ya se ha dicho, la contratación y los despidos. Pero, como dijo por la mañana el responsable de comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, “si nos dieran tiempo podríamos abordar la reducción contractual y cualquier otro tema”.
