La Audiencia Nacional ha entregado este viernes a Ecuador a Pablo Romero Quezada, ex secretario nacional de Inteligencia, detenido esta semana, 20 meses después de que se acordara su extradición por el intento de secuestro de un opositor al Gobierno del expresidente Rafael Correa.
Romero fue detenido el pasado 18 de febrero por orden de la Audiencia Nacional y se ordenó su ingreso en prisión a la espera de formalizar su entrega, a la que se ha procedido este viernes, han informado a Efe fuentes jurídicas.
El arresto se produjo veinte meses después de que la Justicia española lo dejara en libertad tras su primera detención en España por su presunta implicación en el intento de secuestro del exdiputado opositor a Correa Fernando Balda.
Una vez que las autoridades ecuatorianas solicitaron la entrega del antiguo jefe de los servicios de Inteligencia, la Audiencia Nacional accedió a la extradición.
La jueza ecuatoriana Daniella Camacho considera que Romero es responsable del operativo por el que agentes secretos ecuatorianos, bajo sus órdenes, supuestamente intentaron secuestrar al opositor Balda en agosto de 2012 en Colombia.
Balda estuvo retenido durante unos noventa minutos, porque la Policía colombiana frustró el secuestro a raíz de la llamada de un taxista. Por esta causa han sido condenados dos agentes secretos ecuatorianos a un año y nueve meses de prisión, dado que ambos colaboraron con la Justicia y señalaron al expresidente Correa y a Romero Quezada como los responsables de ordenar el secuestro.
Romero Quezada solicitó asilo político en España, sin que hasta el momento se le haya notificado la respuesta, indicaron a Efe fuentes de su entorno, que dan por hecha la denegación de esa protección.
La organización Red Internacional de Organizaciones de la Sociedad Civil (RED) ecuatoriana ha rechazado la entrega a Ecuador de quien consideran "un perseguido político", según su secretario general, Manel García, quien la atribuye a la "persecución política sistemática" a quienes participaron del Gobierno de Correa.
"España sufrió 40 años de dictadura; no pueden cerrar los ojos a la persecución política en otra nación en la que la democracia es sólo una apariencia y el abuso de poder es una realidad", afirmó García en un comunicado.