España

El aumento de la hispanofobia en Cataluña desmiente la normalización de Illa

El PSC abandera el combate contra los "discursos de odio" pero omite los que difunde el secesionismo

  • El presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa -

Desde su llegada al Govern, el PSC ha incorporado la lucha contra los "discursos de odio" como uno de sus señas de identidad. En sentido, el Parlament, a instancias de una resolución suya, reclamó este mes un Pacto Nacional y una Comisión de Estudio contra este fenómeno, que pone el acento en "fomentar la cohesión social y prevenir los conflictos" derivados del racismo, la xenofobia y los extremismos. Pero los únicos partidos del espectro catalán a los que el 'president' Illa atribuye discursos de esta índole son Vox y Aliança Catalana por su rechazo a la inmigración —lo que no le ha impedido romper el cordón sanitario que él mismo les impuso para solicitar su respaldo a los presupuestos—. Sin embargo, un informe revela que el odio ideológico que más ha crecido en los últimos tiempos en Cataluña es la hispanofobia.

Así, la quinta edición del estudio que realiza desde 2019 el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña de Impulso Ciudadano sostiene que la "hispanofobia se consolida como el eje del discurso de odio político en Cataluña". Y es que los incidentes cuyo motor es el sentimiento antiespañol —característica de parte de los partidos y activistas secesionistas— han pasado de constituir en torno al 30% en los dos primeros años examinados a alcanzar casi el 50% en los dos últimos (un 51,6% en 2022, y un 48% en 2023). 

De igual manera, el colectivo también destaca que la "dependencia del Gobierno de España del independentismo catalán" y las cesiones otorgadas a él no han conseguido reducir los episodios de odio político, que han aumentado a 175 respecto al año anterior —esto es, un 12,90% más—. Unas cifras que desmienten el relato defendido por Sánchez e Illa, según el cual la política de apaciguamiento con el separatismo ha desembocado en la "normalización" de la comunidad catalana.

No obstante, la tensión social vivida durante los años más tumultuosos del 'procés' se manifiesta ahora de forma distinta. En primer lugar, el estudio indica que han desaparecido los "repuntes dramáticos en torno a acontecimientos de la actualidad política secesionista", distribuyéndose lo incidentes de manera homogénea a lo largo del año. Con dos excepciones. En marzo, la campaña de hostigamiento contra la enfermera andaluza que protestó en redes por la exigencia del C1 de catalán para opositar disparó los casos. Un incremento que también se produjo en abril a causa de una campaña del Consell de la República contra el consumo de productos españoles, así como por distintos ataques a las carpas de Vox en el periodo preelectoral.

De otra parte, los sucesos de odio tienen hoy como escenario las redes sociales y los medios de comunicación públicos catalanes —cuya orientación es, como es sabido, nacionalista—. En ambos contextos, han proliferado las campañas de acoso a ciudadanos particulares y el señalamiento a figuras públicas, acaparando este tipo de "violencia subrogada" el 41,71%. Finalmente, ha crecido la violencia contra víctimas de ideología separatista, si bien los perpetradores de las diez agresiones reportadas también profesaban las mismas ideas —no en vano, según IC, el 100% de las agresiones ideológicas las comete el separatismo—.

Esta radiografía no ha convencido en el orbe secesionista, que la ha desacreditado debido a la adscripción constitucionalista de Impulso Ciudadano. Ha sido el caso, por ejemplo, del diario 'Ara', cuyo articulista Àlex Gutiérrez denuncia que los autores del informe son los mismos que "defienden el bilingüismo" mientras intentan "barrer el catalán de las escuelas" y convocan "manifestaciones por la tolerancia en la que se ven símbolos nazis".

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