El comienzo del verano ya es oficial y con él llegan las vacaciones, los baños en la playa... y las alertas por incendios. Como sucede en cada periodo estival, el número de incendios se dispara debido a las altas temperaturas, lo seco que está todo y, cómo no, por culpa de los pirómanos. Es por ese motivo que los bomberos forestales piden año tras año más trabajo durante el invierno para desbrozar el monte y prepararlo para que los fuegos, en caso de producirse, hagan el meno daño posible.
Una temporada más, los bomberos consideran que no se han hecho bien los deberes por falta de recursos humanos que permitan cubrir más hectáreas y reducir al máximo los riesgos.
Aunque los bomberos consultados por este diario coinciden en que aunque las instituciones se acuerdan de los incendios forestales durante los meses de verano, sí se han producido algunas mejoras: en la mayoría de las comunidades autónomas se han aumentado los meses de contratación, los presupuestos han aumentado y se dedican más recursos a la prevención año tras año.
Esto ha sucedido incluso en Castilla-La Mancha, tal y como confirma un bombero de la región a Vozpópuli. Allí, los forestales denunciaron que había pocas jornadas de trabajo de extinción pese al alto riesgo de junio a septiembre, pero finalmente el gobierno regional ha reculado.
Las suyas se incorporan a las viejas peticiones que se mantienen en casi toda España: desde que los cuerpos de bomberos forestales dejen de estar gestionados por empresas externas o lograr que sean contratados durante más meses para poder llevar a cabo las labores de prevención de manera adecuada.
En concreto, siguen haciendo hincapié en la importancia de luchar en invierno contra los incendios que después se producen en verano. Señalan que hay muy pocos bomberos forestales fijos en el cuerpo y hay demasiado terreno que limpiar y desbrozar. Además, cuentan que para "la España cada vez más vaciada", el cuidado del monte es un desafío cada vez más grande.
Los bomberos consultados señalan que "harían falta 300.000 bomberos para cubrir solo Castilla-La Mancha" por la falta de vida en los entornos rurales. "El abandono va a más, hay menos gente que vive del campo, que es quien lo mantiene", apunta esta fuente.
Esto se debe a la reducción del pastoreo y del uso de caminos por un descenso poblacional en zonas rurales, que en otros tiempos hacían la función de cortafuegos naturales. Estos ahora deben ser desbrozados por los bomberos forestales y de ahí la necesidad cada vez mayor de contratar profesionales.
Andalucía, Madrid o Galicia aumentan su presupuesto y personal
Mientras, hay un aire "respirable" en la mayoría de autonomías: en Andalucía se ha aumentado un 11% el presupuesto para prevenir y extinguir incendios -de 223 a 243 millones de euros-, mientras Castilla y León también ha aumentado su partida: en 2024 es de 94,5 millones de euros, 18,8 más que en 2023.
En Galicia, la Xunta está reduciendo la temporalidad de sus brigadistas. Este año, los trabajos han comenzado el 11 de abril y el objetivo es que en 2026, todos los integrantes del servicio, trabajen como mínimo nueve meses al año. Una cifra que se alcanzará de manera paulatina. Además, Galicia también ha aumentado su presupuesto para luchar contra los incendios tras ser, durante varios años, una de las zonas de España más castigadas.
Por su parte, Madrid es la región que más dinero dedica a la lucha contra los incendios por hectárea: un total de 47 millones para toda la región y 6.000 profesionales. De ahí que la región registrase muchos casos exitosos en la lucha contra el fuego: se redujeron un 60% los siniestros, el 84% no pasaron de conatos y tan solo hubo un total de 76 incendios registrados.
