Los dos sectores de la política catalana están intentando reforzar sus posiciones con alianzas en el mundo de la empresa. Convergencia ha buscado refuerzos entre las pymes catalanas mientras que los populares han buscado a la gran empresa después de haber recibido el apoyo abierto del presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara.
Es lo que denuncian los empresarios que están recibiendo peticiones para que se alineen en un sentido o en otro. Los empresarios –que piden no ser identificados—denuncian la fractura que esas presiones están provocando en los foros empresariales y en las tradicionales alianzas del comercio.
Según esos empresarios, a día de hoy se han definido ya tres vectores del mundo empresarial:
- La gran empresa: José Manuel Lara se enfrentó a los postulados de Artur Mas al asegurar en ABC Punto Radio que “si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir a Zaragoza, Madrid o Cuenca". "No es que me fuera, es que me echan", aseguró.
- La pequeña empresa: Centrados fundamentalmente en los sectores de la distribución y la alimentación, nombres como Nutrexpa o Condis se han alineado abiertamente con las tesis de Convergència i Unió. La mayor exhibición de fuerza la intentó hacer Pimec, la patronal de la pequeña y mediana empresa catalana, al presentar una encuesta entre pymes, en la que aseguraba que el 97% de los empresarios catalanes son partidarios de un nuevo sistema de financiación y un 66,8% es partidario de la independencia de que Cataluña fuera un Estado propio.
Esa supuesta división entre la gran empresa y las pymes, sin embargo, obviaba que sólo 2.224 afiliados de los 19.000 que se agrupan en la patronal contestaron al cuestionario que se les planteaba. La división entre las pymes, afirman fuentes del sector, es mayor de lo que se ha intentado presentar.
- La empresa atrapada entre dos fuegos: Se encuentran compañías como La Caixa que está mediando para rebajar las tensiones independentistas, así como concesionarias de infraestructuras como Abertis o la patronal catalana, Fomet del Treball, que busca evitar esa confrontación. Algunas de esas grandes empresas están actuando como mediadores entre el Gobierno de Madrid y la Generalitat. Según reveló Vozpópuli, Fainé ha actuado como correo entre Rajoy y Mas. La entidad pretende, como el resto de empresas atrapadas entre el fuego cruzado, salvar su actitud de “neutralidad”. De hecho, fuentes de la entidad bancaria recuerdan que las tensiones con el gobierno vasco nunca forzaron al BBVA a ningún tipo de posicionamiento ni declaración política.
En el escenario actual, están siendo los empresarios los que fomentan el escenario del diálogo. Un grupo de 30 empresarios catalanes que piden no ser identificados están realizando una ronda de comidas con los candidatos a las próximas elecciones catalanas para trasladarles la preocupación del empresariado catalán ante el clima de confrontación actual. La última de esas reuniones ha tenido lugar la semana pasada con el candidato de Ciutadans, Albert Rivera, como invitado. Todas ellas trasladan un mensaje compartido a los políticos: el de que no las arrastren a una confrontación que puede pasar una primera factura a sus cuentas de resultados.