La dirección de Convergencia mantuvo ayer con la cúpula de Unió su primera reunión desde el pasado verano y las dos partes se esforzaron en aparentar una tregua después de la refriega protagonizada en las últimas semanas. Pero la procesión, según fuentes nacionalistas, va por dentro, sobre todo porque el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ve como naufraga el propósito de su partido de acudir a las elecciones europeas de mayo liderando un frente soberanista formado por CiU, Esquerra Republicana, Iniciativa y la Candidatura de Unidad Popular (CUP). Mas culpa de este naufragio a Josep Antoni Durán i Lleida, opuesto a embarcar a Unió en esta aventura, y también a ERC, pues Oriol Junqueras está deseando demostrar a sus electores de que han hecho posible el sorpasso y han superado a los votantes nacionalistas.
Oriol Junqueras está deseando demostrar a sus electores que se ha producido el sorpasso y han superado en votos a los nacionalistas
Las cosas han cambiado mucho desde las anteriores elecciones europeas de 2009. CiU concurrió entonces con la Coalición por Europa junto al PNV, los nacionalistas canarios, Unión Mallorquina y otras cuatro pequeñas formaciones de perfil moderado que lograron dos escaños. Los republicanos eligieron como compañeros de viaje en la Europa de los Pueblos al Bloque Nacionalista Gallego y Aralar, logrando un diputado. Ahora, los nacionalistas vascos han congelado su nervio independentista mientras Convergencia ha pisado el acelerador sin el motor cómplice de Unió Democrática. Nada que ver con hace cuatro años.
El problema de fondo, según se ve en CiU, es que Artur Mas no toma en serio a Durán, su socio de coalición. En las reuniones que el presidente de la Generalitat suele tener con algunos de los empresarios y banqueros más representativos de Cataluña, les dice que no hay que creer a Durán cuando amenaza con romper su matrimonio con Convergencia, que acaba de cumplir los 35 años, pues Unió carece de todo para caminar en solitario: de recursos económicos, de implantación territorial y de medios de comunicación que le apoyen. La primera carencia es la que se niega desde Unió con mayor rotundidad: “Si fuera necesario, dispondríamos de dinero más que suficiente para ir solos a cualquier cita electoral, el problema no es ese… El problema es que tal y como está ahora la situación, la única que ganaría en unas elecciones es Esquerra y a nosotros nos enviarían a todos a casa”, resume de forma tan expresiva un veterano parlamentario nacionalista.
"Si fuera necesario, dispondríamos de dinero suficiente para ir solos a cualquier cita electoral", se defienden en Unió Democrática
Si la relación entre Convergencia i Unió no pasa por sus mejores momentos, la de Artur Mas con Oriol Junqueras está a expensas de que en los próximos dos meses el primero cumpla con los compromisos contraídos con ERC y ponga fecha y contenido a la consulta soberanista. Pero hay una negociación en curso que puede contribuir a tensar la cuerda y tiene que ver con los Presupuestos de Cataluña para el año que viene. Los republicanos no quieren amparar con sus votos en el Parlamento autonómico nuevos ajustes y el tamaño de estos dependerá mucho, no tanto de la voluntad de la Generalitat como de la actitud del Ministerio de Hacienda. Este es, según fuentes de CiU, otro escollo importante que va a dificultar el que, al final, ERC tenga el cuerpo a tono como para ir a las europeas en el mismo frente soberanista que aspira a pilotar Convergencia. La firmeza que aparenta Mas, comentan en las filas de su socio democristiano, tiene los pies de barro.