Un verano salpicado por la crónica negra, con siete homicidios entre julio y agosto y una sucesión de peleas con heridos graves por apuñalamiento, han alentado el debate sobre la seguridad y la falta de efectivos policiales en Barcelona, donde ya se ha superado la cifra de asesinatos de todo 2018.
Según datos recabados por Efe, en el primer semestre de este año se han registrado en la ciudad de Barcelona un total de seis homicidios o asesinatos, cifra que ya ha sido superada, con siete casos, tan sólo entre julio y la primera mitad de agosto.
De esta forma, en Barcelona se han producido en lo que va de año un total de trece crímenes mortales, lo que supera el número de víctimas que se registraron en la capital catalana a lo largo de todo 2018, que finalizó con diez.
"Crisis de seguridad"
Ante esta situación, el teniente de alcaldía de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, ha admitido que existe una "crisis de seguridad" en la ciudad, donde han aumentado un 9 % los hechos delictivos, aunque los delitos contra personas han disminuido un 1'27 % en el último semestre.
Impulsado por el incremento este verano de homicidios en Barcelona, también en el conjunto de Cataluña se ha superado ya la cifra de víctimas de muerte violenta de todo el pasado año: 47 hasta mediados de agosto, frente a las 44 de todo 2018.
En concreto, en enero no hubo ningún homicidio en Barcelona, en febrero dos (uno en Ciutat Vella y otro en Sant Martí), en marzo también dos (también en Ciutat Vella y Sant Martí), en abril, ninguno, en mayo uno (en el Eixample) y en junio uno (en Sants-Monjuic).
Seis homicidios en seis meses, con una media de uno al mes, una estadística que se ha multiplicado en julio, con cinco homicidios en Barcelona, y en la primera quincena de agosto, con dos.
En concreto, en julio hubo un crimen mortal en el Eixample, uno en Ciutat Vella, uno en el Port Olímpic, uno en Sarrià y el quinto en el Poble Nou, mientras que en agosto se ha producido una pelea mortal en Ciutat Vella y esta semana se ha localizado el cadáver de una mujer de 46 años en el paseo de Can Tunis, en el distrito de Sants-Monjuic de Barcelona.
Además, en agosto también ha habido un fallecido en una pelea con arma blanca en La Mina, en el municipio de Sant Adrià del Besòs, junto a Barcelona, donde antidisturbios de los Mossos d'Esquadra iniciaron en julio un dispositivo para intensificar los controles de acceso a la zona para atajar la percepción de inseguridad que sufren los vecinos y recuperar el espacio público.
Los Mossos también han reforzado este verano la presencia policial en las zonas de ocio nocturno, especialmente en el Port Olímpic, donde se produjeron varias peleas graves, entre ellas una mortal en julio pasado que disparó todas las alarmas de seguridad en Barcelona.
A la sensación de inseguridad de este verano en Barcelona -un periodo donde tradicionalmente baja la densidad informativa en áreas como la política, lo que da más protagonismo a otros ámbitos, como los sucesos- también ha contribuido el encadenamiento de peleas graves en Barcelona, en su mayoría con apuñalamientos.
Tres agresiones con arma blanca esta semana
Tan solo esta semana se han producido tres agresiones con arma blanca y otra con una botella de vidrio en la capital catalana.
La primera fue el pasado lunes por la noche, cuando un hombre resultó herido de gravedad al ser apuñalado hacia las 21.45 horas en el Pou de la Figuera, en el barrio de la Ribera.
Posteriormente, sobre las 05.30 horas del martes, en el Pla de Palau, en el barrio de la Barceloneta, se produjo una nueva agresión con arma blanca que acabó con otro hombre herido de gravedad y trasladado a un centro hospitalario. Los Mossos d'Esquadra detuvieron poco después al presunto autor de esta agresión.
Además, el martes al mediodía también se produjo una pelea entre tres personas en la calle Sant Rafael, en el Raval, de las que una sufrió lesiones leves en una espalda, después de que uno de los implicados le atacara con una botella rota.
Y hacia la una de la madrugada de este miércoles una persona quedó herida grave al ser apuñalada en una pelea en plena calle en el distrito de Sant Martí de Barcelona, cuyo presunto autor se entregó horas después en una comisaría de los Mossos.
Esta espiral de sucesos se produce tras meses de enfrentamiento entre el conseller de Interior, Miquel Buch, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con reproches mutuos sobre su gestión en materia de seguridad.
Faltan Mossos d'Esquadra
Buch ha admitido que faltan Mossos d'Esquadra en Barcelona -gran parte de la nueva promoción que se acaba de licenciar irán a la capital catalana-, si bien la alcaldesa considera que la llegada de unos 300 nuevos mossos "no es suficiente".
Y mientras, el teniente de alcalde de seguridad Albert Batlle (de Units per Avançar, en las listas del PSC), ha solicitado la convocatoria formal durante el próximo mes de septiembre de los consejos de Prevención y Seguridad de todos los distritos de la ciudad, para poner en común problemas de seguridad en sus barrios y proponer soluciones para mejorar la convivencia y la seguridad.
"Barcelona sigue siendo una ciudad segura en comparación con otras como París, Londres o Roma", ha alegado Batlle a raíz del debate sobre la inseguridad en la capital catalana.