"O estás embarazada o no estás embarazada", afirman fuentes del equipo del exalcalde de Barcelona de Junts, Xavier Trías, a Vozpópuli, en referencia al enfriamiento de las conversaciones con el actual alcalde socialista Jaume Collboni para formar una coalición de Gobierno. Ante la perspectiva de un pacto del PSC con ERC, que está en sintonía a pesar de la división que ha despertado en las bases de los republicanos, el que fuera consejero de Sanidad de Jordi Pujol se prepara para asumir el liderazgo de una "férrea" oposición en el pleno municipal y cierra la puerta al apoyo de cualquier iniciativa con el tripartito progresista a punto de culminarse.
El alcalde socialista no tiene prisa por cerrar el lazo de la coalición por mucho que Ada Colau haya dado por hecho su formación conjunta. El asalto del edil socialista a ERC estaba a la espera de la despedida del histórico diputado Ernest Maragall, como explican fuentes conocedoras a este medio, a quien Ada Colau arrebató la alcaldía a pesar de haber ganado las elecciones en 2019 gracias al apoyo del PSC y Manuel Valls. Con Maragall fuera, las conversaciones entre ambos partidos se han acelerado, dejando de lado a Junts, aunque éstos aseguran que nunca llegaron a negociar sino más bien a conversar sobre temáticas económicas de la ciudad.
Ada Colau, el escollo
Con este cambio de guión, Collboni sigue manteniendo la primavera como umbral para la aprobación de presupuestos aunque sin ningún compromiso y sigue dejando en suspense un pacto de Gobierno que le permita dejar de estar en minoría con 10 concejales. Con el viraje a los republicanos, deja de lado una coalición que le aseguraría una gestión común de los temas empresariales e industriales con Junts, pero también dejaría a los socialistas a 1 concejal de los de Trias y con menos peso. Con ERC, el PSC sumaría 15 concejales y con los comunes 24 en total. Eso le daría un pacto de mayoría, con más de 21. El paso más intrincado es Ada Colau.
En las consultas a sus bases esta semana en casales de barrio donde han debatido la situación, ERC se ha dividido en dos. Por un lado no quieren dar oxígeno a los socialistas en Barcelona con la perspectiva electoral de los comicios catalanes de 2025 y por otro lado lo ven como una forma de ganar terreno a los comunes. Fuentes municipales de ERC apuntan a que estas consultas internas forman parte de los mecanismos de trasparencia del partido y que no son vinculantes, ya que cualquier decisión tendrá que ser ratificada.
Sin embargo, han marcado una tendencia que podría dilatar la oficialización del pacto. Los republicanos serían partidarios a dejar a Colau fuera en un acuerdo con los comunes, en vistas a la intención de la exalcaldesa a quedarse en el Ayuntamiento y no querer irse de Barcelona. Fuentes de los comunes aseguran sin embargo que no existe ningún veto a Colau. Collboni sigue sin embargo deshojando la margarita, sin prisa a anunciar ninguna posición firme y sacando ventaja temporal de las divisiones internas de ERC para empezar a desarrollar una política conjunta en Barcelona cuando llegue a oficializar, finalmente y si lo hace, qué opción toma.