España

Los casos de transfuguismo en Málaga y Tenerife hacen saltar las alarmas en Ciudadanos

Impotencia en la formación naranja ante la fuga de ediles en grandes ciudades para los que la carta ética del partido es papel mojado. Preocupa el 'efecto contagio', de ahí la expulsión fulminante de la edil tinerfeña tras pactar una moción de censura con PP y CC

  • La tinerfeña Evelyn Alonso y el malagueño Juan Cassá.

Dos sonoros casos de transfuguismo en las últimas semanas -los de Juan Cassá en Málaga y la de este lunes de Evelyn Alonso en Santa Cruz de Tenerife- han hecho saltar las alarmas en Ciudadanos, donde se ve con impotencia esta deriva ya que los protagonistas se quedan con el acta cuando aún quedan tres años para que acabe la legislatura.

En la sede nacional de Cs se ve con preocupación que haya un 'efecto contagio' en otros municipios de gran tamaño. La formación naranja gobierna en más de 450 localidades desde las municipales de hace un año y ha asistido atónita a las dos huidas de Alonso y Cassá.

La primera tomó posesión como concejala tinerfeña el pasado viernes y tras ello, acudió a un notario para firmar junto al Partido Popular y Coalición Canaria la moción de censura que han presentado este lunes contra la socialista Patricia Hernández, quien apenas va a estar un año al frente de un consistorio que los nacionalistas canarios habían controlado durante todo el período democrático.

Ciudadanos ya fue determinante hace un año, con sus dos diputados, al permitir que el PSOE se hiciese con la principal alcaldía canaria. Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano hicieron caso omiso a las directrices de la dirección nacional de Albert Rivera, que se inclinaba por el pacto PP-CC, y alcanzaron un pacto de gobierno con los socialistas con la anuencia de Podemos, que apoyó a Hernández sin pedir contrapartidas a cambio. Aquella decisión ya provocó la expulsión de Zambudio y Lazcano.

El otro edil dimite desde Cantabria

Con el paso de los meses, aumentó la confianza entre la nueva alcaldesa y Zambudio, pero Lazcano se sintió apartado de las decisiones más importantes y empezó una 'guerra fría' entre los dos ediles naranjas. Cuando llegó el coronavirus, Lazcano se instaló con su familia en Cantabria, a miles de kilómetros del archipiélago, y el 17 de abril renunció a su acta de concejal. Ciudadanos y el PSOE vieron quién era la 'número tres' en la lista de Cs y empezaron los sudores fríos.

Evelyn Alonso había sido la única concejal naranja en la pasada legislatura y, pese a ello, fue relegada a la tercera plaza en los comicios del 26-M. No se llevaba bien con Zambudio, quien en este último año tampoco hizo nada por consultar o acercar posiciones con Alonso. Cuando esta última asumió el pasado viernes su condición de regidora, en sustitución de Lazcano, ya advirtió en las redes por dónde iban los tiros: "Hola, Santa Cruz. Por fin ha llegado el momento del cambio".

La nueva dirección nacional de Ciudadanos advirtió durante el fin de semana que no veía con buenos ojos la moción de censura en estos momentos "de crisis social y económica", pero no ablandó el ánimo de Alonso. La portavoz de la Ejecutiva de Ciudadanos, la canaria Melisa Rodríguez, fue la encargada de anunciar este lunes su expulsión del partido en virtud del artículo 124 de los estatutos internos, que habilita esta opción para afiliados que incurren en infracciones agravadas.

Rodríguez desveló que en los últimos días enviaron varios burofax y mensajes de SMS a Alonso sin que hubiera respuesta por parte de ella, y que se intentó contactarla a través de llamadas telefónicas de terceras personas. Todo en vano.

La dirigente naranja hizo hincapié en que se trata de un caso de "transfugismo" con "viejas prácticas" del PP y CC, en el que tanto Alonso como los citados partidos se han saltado las directrices internas de sus propios partidos. En Cs hay una carta ética que todo responsable político debe firmar antes de asumir un cargo político. "Vamos a ser implacables con estos tránsfugas para cambiar gobiernos", advirtió.

El 'cassazo' en Málaga

En Málaga, la situación ha sido aún más surrealista. El portavoz de Cs en el Ayuntamiento, Juan Cassá, anunció el 4 de mayo su marcha del partido para a continuación pasarse al grupo de los no adscritos, una decisión que comprometía la legislatura PP-Cs en la Alcaldía ya que perdían de facto la mayoría absoluta.

Cassá tomaba esta decisión por sorpresa y en el primer día de liderazgo formal de Inés Arrimadas, después de siete años de militancia naranja. PP y Cs se quedaban con 15 ediles, mientras que PSOE y Adelante Andalucía sumaban los mismos concejales, así que Cassá se convirtió en determinante para la aprobación o rechazo de iniciativas municipales.

El nuevo edil no adscrito envió un mensaje a la militancia malagueña, en el que lamentaba el nuevo rumbo naranja patrocinado por Arrimadas. "Ya no siguen liderando el partido las mismas personas con las que empecé, ni los planteamientos y principios son los mismos que yo compartía plenamente y que me llevaron a participar con gran ilusión en el proyecto", subrayó.

Mensaje de Juan Cassá

La sorpresa vino la pasada semana cuando se conoció un pacto entre PP y Cassá por el que este último se convertía en nuevo portavoz de la Diputación malagueña y diputado de Relaciones con las Instituciones... a cambio de seguir apoyando a los populares en la Alcaldía malagueña que dirige Francisco de la Torre.

La suma de los ingresos por asistencia a comisiones y plenos de la Diputación y el Ayuntamiento de Málaga elevaron su sueldo mensual a los 90.000 euros anuales, una cifra que convierte a Cassá en el político mejor pagado de la región. De haber continuado como diputado no adscrito, su nómina hubiera sido de 65.500 euros, de ahí que en Málaga se denomine ya a este pacto como el 'cassazo'

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